Vieran pues los magos una estrella especial o simplemente dedujeran del estudio de los horóscopos que algo grande había ocurrido en el mundo, lo cierto es que el hecho de ponerse en camino para adorar a ese recién nacido demuestra que sus almas estaban llenas de esperanza. San Juan Crisostomo lo ha dicho con una frase audaz, pero exactísima: No se pusieron en camino porque hubieran visto una estrella, sino que vieron la estrella porque se habían puesto en camino. Eran almas ya en camino, ya a la espera. Mientras el mundo dormía, el corazón de estos magos ya caminaba, ya avirozaba el mundo. Confiaban en que sus vidas no concluirían sin que al sucediese. Si la estrella se encendió o no en el cielo no lo sabemos con exactitud. Lo que sí sabemos es que se encendió en su corazón. Y que supieron verla.