Vos, Señor del tiempo
me tenés esperando…
Querés que espere
el momento justo para descubrir
quien soy, dónde debo ir,
quienes me esperan y qué debo hacer.
Gracias… por el tiempo que me regalás para esperar.
Vos, Dios de los espacios
me tenés mirando…
Querés que mire en lugares buenos y en lugares inciertos
para ver si hay señales de esperanza
y gente desesperanzada.
Para ver si hay señales de un mundo mejor
que puede brotar.
Gracias… por ese tiempo que me regalás para contemplar.
Vos, Dios y Amor,
me tenés amando…
Querés que sea como Vos:
que ame a las personas que no tienen amor,
a las que son imposibles de amar,
que ame sin celos ni amenazas,
y, lo más difícil de todo
que me ame a mí mismo.
Gracias… por el tiempo que me regalás para amar Señor!
Y en todo esto nos guardas:
ante las preguntas difíciles que no tienen respuestas fáciles,
cuando fracasamos allí donde esperábamos triunfar,
cuando nos aprecian allí donde nos sentimos inútiles.
Y, pacientes, soñadores y amando,
con Jesús y su Espíritu
Vos nos guardas.
Gracias… por el tiempo que nos concedes para aguardar!
Amén!