La pregunta me deja un poco inquieto. Porque sé que el “año nuevo” es simplemente una hoja de calendario, un cambio en los números, una simple tradición humana. Porque el tiempo escapa a nuestro control, y fluye sin cesar. Pero casi todos, al llegar el año nuevo, damos una mirada al año que termina y soñamos en el año que comienza. Lo pasado queda allí: fijo, inmodificable, casi pétreo. Con sus momentos buenos y sus fracasos, con sus sueños realizados y con los sueños que se evaporaron en el vacío, con las ayudas que me ofrecieron y con las ayudas que pude ofrecer a otros, con mis omisiones y mis cobardías. Lo futuro inicia, como inició ayer, como inició hace un mes, como iniciará mañana. Cada instante se presenta como una oportunidad que en parte depende de mi prudencia y de mis decisiones. En otra buena parte, depende de las decisiones de otros. En los dos casos, y aunque no siempre nos demos cuenta, depende de Dios. De nuevo, ¿qué deseo para éste año nuevo?
Fuente: extractos de "¿Qué deseo en un año nuevo?" del P. Fernando Pascual L.C en catholic.net