Evangelio según San Mateo 4, 12-17.23-25

lunes, 2 de enero de
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En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaún, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí. Para que se cumpliese lo que dijo Isaías el profeta: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino de la mar, de la otra parte del Jordán, Galilea de los gentiles. Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz, y a los que moraban en tierra de sombra de muerte les nació una luz».

Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «Haced penitencia, porque el Reino de los cielos está cerca». Y andaba Jesús rodeando toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo. Y corrió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían algún mal, poseídos de varios achaques y dolores, y los endemoniados, y los lunáticos y los paralíticos, y los sanó. Y le fueron siguiendo muchas gentes de Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea, y de la otra ribera del Jordán.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Guillermo Feldmann Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Quilmes

 

La obra que había comenzado Juan el Bautista es ahora continuada por  el mismo Jesús, ésta realidad que ya había sido anunciada por Juan cuando el expresaba que el vino como testigo de la luz pero no era la luz, cuando manifestaba que el que estaba por venir era más poderoso que él. Ya Juan durante su vida había colocado a Jesús en su lugar, esta nueva misión comenzada por Jesús no solo sería la proclamación de la Palabra sino que la misma Palabra estaría acompañada por toda clase de curaciones y de  manifestaciones del amor que Dios tenía  hacia los hombres.

 

La llegada de Jesús a la región de Galilea, produjo como un nuevo nacimiento para muchos que vivían en las tinieblas, en las oscuras regiones de la muerte. La presencia de Jesús fue para ellos una luz en sus caminos. Jesús llega con un claro mensaje a esta región de Galilea: Conviértanse porque el Reino de los Cielos está cerca.

 

Creo que es la gran invitación que Jesús nos hace en este día, en este nuevo año que hemos iniciado. Convertir, convertirse es volverse a Dios, convertirse es mirarlo a Jesús sabiendo que si somos capaces de desde nuestra disponibilidad que él reine en nosotros, que él ocupe nuestro corazón como lo recuerda el Evangelio de Juan en el capítulo 10, él ha venido a este mundo a darnos la verdadera vida, que es la vida en abundancia.


Que esta Palabra de Dios sea luz para tu vida, que tengas un lindo día lleno de la gracia de Dios. Amèn

 

Oleada Joven