Evangelio según San Juan 1 43-51

lunes, 2 de enero de
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En aquel tiempo decidió Jesús ir a Galilea y, encontrándose a Felipe, le dijo:  «Sígueme». Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y de Pedro. Felipe se encontró con Natanael y le dijo:
«Hemos encontrado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y del que hablaron también los Profetas: es Jesús de Nazaret, el hijo de José».
Natanael replicó:  «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» Felipe le contestó: «Ven y lo verás».
Cuando Jesús vio a Natanael, que venía hacia él, comentó:  «Este es un auténtico israelita, en quien no hay doblez alguna». Natanael le preguntó : «¿Por qué me conoces?»
Jesús le respondió: «Antes de que Felipe te llamara, te vi yo, cuando estabas debajo de la higuera». Respondió Natanael: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús prosiguió: 
«¿Te basta para creer el haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Verás cosas más grande que ésa!»
Y añadió Jesús:  «Les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre».

 

Palabra de Dios

 


 

De nuestra redaccion

En el evangelio de hoy se nos presentan el llamado de Felipe y Natanael al seguimiento de Jesús. Primero Felipe se encuentra con Jesús, y después sale a contar esta novedad a su amigo Natanael. El segundo de los personajes, no tiene la resolución de Felipe, cuestiona, piensa, y después accede a la invitación de Felipe a ir a ver con sus mismos ojos al maestro.


Son una escena muy rica estos encuentros: la presencia de Jesús que resulta fascinante, que hace arder el corazón y salir a anunciarlo. A nosotros nos pasa lo mismo… seguramente nuestro encuentro con Jesús fue a partir de otro que lo encontró y que después vino a mostrárnolo. Y también, seguramente, nuestro encuentro con Jesús desencadenó que nuestros cercanos escuchen hablar de Él.

La segunda parte del texto nos muestra este encuentro entre Natanael, "el hombre sin doblez" y Jesús, en donde el primero queda impactado ante Jesús que le dice que ya lo había visto antes. Nada se le escapa; sabe de dónde viene, sabe de sus intenciones, sus idas y vueltas, sus búsquedas… y por ello (o a pesar de ello) Jesús lo elige y lo llama.

Qué lindo sabernos mirados por Jesús; con amor, con ternura, con compasión. Jesús que nos conoce, que nos ama, y que nos invita a vivir una apasionante aventura detrás de Él. Sin duda una historia de encuentros y de desencuentros, pero sobretodo, una historia de amor y salvación. Si ya tuviste esta experiecia, dejate sorprender, porque Dios siempre es más, y como dice este mismo pasaje "Verás cosas más grandes".  Si todavía no tuviste esta posibilidad, pediselo al Señor, pedile que te aumente el deseo de encontrarte con Él. Como decía San Juan de la Cruz, "En Él encontrarás mucho más de lo que puedes desear o pedir".

Que tengas un lindo día!
 

 

Oleada Joven