Anectodas de los Santos – San Bernardo de Claraval
El que está convencido convence
Siendo muy joven comunicó la noticia a su familia de que se haría monje, ante lo cual tuvo que escuchar todas las negativas no dificiles de imaginar. Pero no sólo las escucho con paciencia, sino que al empezar a hablar tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tio y casi a todos los jóvenes de los alrededores, y junto con 31 compañeros llegó al convento de los Cistercienses a pedir ser admitidos de religiosos. Pero antes, en su finca los había preparado a todos por varias semanas, entrenándolos acerca del modo cómo debían comportarse para ser unos fervorosos religiosos. En el año 1112, a la edad de 22 años, ingresó al convento.
Formidable poder de atracción. En toda la historia de la Iglesia es difícil encontrar otro hombre que haya sido dotado por Dios de un poder de atracción tan grande para llevar gentes a las comunidades religiosas, como el que recibió Bernardo. Las muchachas tenían terror de que su novio hablara con el santo, porque lo más probable era que se fuera de religioso. En las Universidades, en los pueblos, en los campos, los jóvenes al oírlo hablar de las excelencias y ventajas de la vida en un convento, se iban en numerosos grupos a que él los instruyera y los formara como religiosos. Durante su vida fundó más de 300 conventos para hombres, e hizo llegar a gran santidad a muchos de sus discípulos. Lo llamaban "el cazador de almas y vocaciones". Con su apostolado consiguió que 900 monjes hicieran profesión religiosa.
Publicación del Diario Cristo Hoy – 4 al 10 de Agosto de 2005 – Nº 584