Evangelio segun San Mateo 23, 1-12

viernes, 20 de agosto de




En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente a los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en la sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame "maestros". Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar jefes, porque uno solo es vuestro Señor, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Palabra de Dios





 Reflexión: Monseñor Eduardo Martín | Obispo de la Diócesis de Rio Cuarto

 

 




Hoy en el evangelio queridos jóvenes Jesús hace una severa advertencia a los fariseos y los escribas que ocupan la casa de Moisés y que les dicen que hagan muchas cosas, pero ellos no las cumplen. Sin embargo Jesús nos dice: Hagan lo que ellos les dicen, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.

Que importante es que podamos vivir en nuestra vida haciendo lo que decimos. En Jesús había una unidad total entre el hacer y el decir, sus palabras explicaban sus hechos y sus hechos confirmaban la veracidad de sus palabras. La vida de la santidad es eso: Una unidad entre lo que se dice y lo que se hace, una unidad entre la vida y la fe, una unidad entre la inteligencia, el corazón y la acción.

En nosotros claro , es un trabajo , porque tenemos las consecuencias del pecado original, esa herida en nuestra alma, que hay como una escisión, pero solo la gracia de Dios, puede realmente ir sellando esa separación y hacer que nuestra vida cada vez sea mas una , una en el decir y una en el hacer.

Hoy le tenemos que rogar al Señor entonces que nos de esta unidad de vida, para que nuestra vida sea un testimonio claro y transparente, un coherente decir que se corresponda con nuestro hacer. Y si todavía hay cosas que decimos, y que todavía no las vivimos, que justamente humildemente imploremos al Señor la gracia, para que aquello que de verdad creemos que tenemos que vivir podamos ir realizando con su auxilio.

Y hoy como estos sábados estamos celebrando a grandes santos, hoy celebramos a San Pío décimo, que es el Patrono de los catequistas.

Nosotros sabemos que el catequista es justamente el que tiene que enseñar como el sacerdote, el párroco, es el primer catequista en la parroquia, el obispo es el primer catequista en la diócesis.

Así se valen de un número considerable de los cuales hay muchos jóvenes que transmiten la fe en la catequesis a los niños y a los adolescentes, bueno justamente a nosotros, todos los que de algún modo estamos en la tarea evangelizadora tenemos que tender a una unidad de vida, para que no solamente, digamos lo que hay que hacer, sino que lo vivamos.

Pero hay un santo Padre que decía del sacerdote: Si el sacerdote obra mal, no lo imites, pero si te enseña mal huye de él.

Ciertamente que es importante que hagamos lo que debemos hacer, pero ciertamente que antes para poder hacer lo que debemos hacer, tenemos que tener la claridad en lo que decimos.

Por eso le pedimos al Señor hoy por todos los catequistas para que podamos tener esa unidad entre lo que decimos y lo que hacemos.

Hasta el sábado, si Dios quiere!

 

 

 

 

Oleada Joven