Evangelio según San Marcos 3, 7-12

miércoles, 18 de enero de
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En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a orillas del lago, seguido por una muchedumbre de galileos. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de Transjordania y de la región de Tiro y Sidón, acudió a él una gran multitud, al enterarse de lo que hacía.Como había mucha gente, encargó a sus discípulos que le consiguieran una barca para que no lo estrujaran. Pues había curado a muchos, y quienes tenían dolencias se le echaban encima para tocarlo.Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se echaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Jesús les prohibía enérgicamente que lo descubrieran.

 

Palabra de Dios

 

 


P. Fernando Goicochea Salesiano Sacerdote

 

Querido amigo, querida amiga, estamos tratando de profundizar la Palabra que nos está dando la Iglesia para este día jueves.

Lo encontramos a Jesús, que está como aplastado por la cantidad de gente que lo sigue. Él mismo le dice a los discípulos para que le ayuden a tomar distancia con una barca, para que la gente no lo aplaste, no lo apretujara. ¿Cuál es la razón?, que Jesús sana a muchos, Jesús pasó haciendo el bien.

 

Nosotros miramos la historia y nos da esta alegría inmensa: un hombre que solamente amó, que no tuvo nada de mal en su corazón para con los demás. Y esto produjo una atracción que es irreversible, a medida que pasa el tiempo, cada vez más esta multitud va aumentando. En Apocalipsis se habla de una multitud que estaba alrededor del trono y se contaba por miles y millones, y realmente esta multitud va creciendo, porque todos los que se acercan a Él van percibiendo la salud, la sanación. No esa sanación que, a veces pensamos, es solamente física, sino una  salud completa, desde lo profundo del corazón. Jesús viene a sanar en primer lugar el corazón del hombre.

 

Por eso para nosotros es una alegría poder estar siguiéndolo a Él. Él profetizó: “Cuando yo sea elevado en lo alto atraeré a todos hacia mí”. Se refería a la cruz, nosotros sabemos que nos amó tanto, que por eso fue capaz de vivir hasta el extremo de la cruz.

Por eso nosotros también confiadamente en este día pongamos todo nuestro corazón, toda nuestra vida al seguimiento de Él, porque sabemos que así no seremos defraudados, sabemos que es el mejor modo de emplear nuestro tiempo, nuestra persona, nuestras capacidades.

 

Seguirlo a Él con todo nuestro ser.

Te lo auguro de corazón.

 

Oleada Joven