Aprendiendo a amar…

lunes, 23 de enero de
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 Hay que dejar de esperar lo que deseamos recibir para sólo recibir lo que la otra persona quiera dar. Sentirnos agradecidos y queridos en el don compartido. A veces, injustamente, creemos no recibir porque sólo esperamos tal como nosotros sabemos dar. Hay que decirle a la persona querida: Enséñame a recibirte, recibiéndote como te quieras dar.


El amor, incluso el más pobre, es omnipotente, puede hacerlo todo y alcanzarlo todo. Todo lo que ha sido amor; ha sido de Dios. En el amor todo es gracia y en la gracia todo es amor. El amor es el secreto de todos los misterios. El amor es la más hermosa metáfora de Dios.
 
 
 
                                       
 
 

Deseo un corazón agradecido capaz de guardar todo lo tuyo y lo mío. Y si no puedo anclar en tu corazón, déjame al menos, naufragar en él y conocer así el mar inmenso de este amor que recorre todos mis amores.

El amor nos pronuncia. Hay que pronunciar al amor. El amor es ese invento que Dios hizo para que nos pareciéramos a Él.

 
Eduardo Casas.
 
 
 

 

Oleada Joven