Evangelio segun San Marcos 6, 1-6

martes, 31 de enero de
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En aquel tiempo, fue Jesús a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro:  «¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí entre nosotros sus hermanas?»
Y estaban desconcertados. Pero Jesús les dijo:  «Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa». Y no pudo hacer allí ningún milagro; sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.

Palabra de Dios






P. Mariano Cortés  Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de 9 de Julio

 


El texto nos cuenta  que Jesús después de haber hecho una serie de milagros, en el lago de Galilea se dirige hacia su pueblo y una vez en su pueblo, sucede algo muy extraño. El sábado entra en la sinagoga, como era de costumbre, comienza a leer y a comentar las escrituras, como era habitual  que lo hiciera, como todo Israelita adulto tenía derecho a hacerlo. Pero la gente  empieza a admirarse de lo que Él hace, de lo que Él dice, se asombra y ese asombro  preocupa o produce, mejor dicho, preguntas, interrogantes ¿De dónde le viene toda esta sabiduría? ¿De dónde saca esto? Si es el hijo del carpintero, si lo conocemos desde chico, si es amigo nuestro, si es el hijo de María ¿De dónde salió con tanta sabiduría?


Las preguntas no son para nada malas, al contrario pueden ser muy buenas pero lo que el problema es que esta gente las resuelve en una dirección equivocada, pasan del asombro, de la pregunta al escándalo a la incomprensión. Puede ser verdad, que esta persona esté hablando de parte de Dios, puede ser verdad que Dios se manifieste, que actúe a través de alguien tan cercano a nosotros, alguien a quien conocemos , alguien que se crió con nosotros.


Así lo vemos a Jesús que se choca con la incomprensión y con la falta de fe de los suyos, de los más cercanos, en realidad de aquellos para quienes había venido.  Sin embargo, Jesús no se desalienta, sigue adelante, pues el descubre también que su misión debe ser cumplida aun en medio de la incomprensión de los suyos.


Bien que nos dice este texto a nosotros, podemos decir que así como Jesús también nosotros debemos aprender  que ahí donde uno espera encontrar a veces aliento, apoyo, ayuda  puede encontrar  todo lo contrario indiferencia,  incomprensión,  incluso hasta el mismo rechazo a la misma hostilidad; por lo que dice, por lo que hace. Podríamos decir que, frente a esta situación debemos aprender de Jesús, no desanimarnos, no desalentarnos, sino por el contrario permanecer fieles a Dios, tratar de cumplir la voluntad de Dios.


Te propongo terminar  con una pequeña oración, decirle al Señor

“Jesús, Señor, te vemos incomprendido pero no derrotado, vemos que sufrís, que te asombras por la falta de fe de los tuyos pero no te desalentas, buscas nuevos rumbos, buscas otros que te quieran recibir, te quieran escuchas. Señor ayúdame, enséñame a no dejarme vencer frente a la incomprensión, frente al desaliento, frente al no ser aceptado, frente al ser rechazado.  Señor ayúdame a confiar en tu Padre Dios y a cumplir siempre su voluntad”.  Te dejo en la presencia del Señor, con la Palabra que sea tu alimento y tu guía en este día y con mi bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. "

 

Oleada Joven