Evangelio según San Marcos 7,14-23

lunes, 6 de febrero de
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En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: "Escuchen y entiendan todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga."

Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. El les dijo: "¿Tan torpes son también ustedes? ¿No comprenden? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina." Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: "Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro."

 

Palabra de Dios

 

 


 

 

P. Mariano Cortés Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de 9 de Julio


 

Hola yo soy el Padre Mariano Cortez de la Diócesis de Nueve de Julio de la provincia de Buenos Aires y te invito a que compartas este ratito de reflexión y de la escucha de la Palabra de Dios.



En el texto vemos la enseñanza de Jesús sobre lo puro o lo impuro, vemos como Jesús  desenmascara la hipocresía de la piedad propia de los Judíos de su época. Una piedad externa, legalista,  piensa o te enseña que la pureza consiste en rechazar o alejarse o evitar entrar en contacto con cosas que parecen que ser impuras y que parecen transmitir esa impureza. Frente a esta  enseñanza la sentencia de Jesús es clara: lo que sale del corazón hace al hombre impuro no es lo que entra, no son las cosas de afuera las que nos vuelven impuros sino que son nuestros propios pensamientos, nuestras propias acciones, nuestras propias actitudes las que nos vuelven impuros. Porque la verdadera impureza dice Jesús, viene las malas intenciones, de la avaricia, de la maldad, envidia y de otro montón de cosas.




Frente a este texto te propongo que te preguntes, si algunas de estas cosas  que enumera Jesús no están también presentes en tu vida o que te preguntes ¿Cuáles son aquellas cosas que a vos te vuelven impuro, aquellas cosas que hacen que te vuelvas desagradable ante los ojos de Dios? 




Frente a esto confiar en la Misericordia de Dios, saber que Él nos da la gracia de poder buscar el camino de la verdadera pureza, de que de nuestro corazón salgan cosas buenas, de que de nuestro corazón salgan buenos sentimientos, buenas actitudes y sobre todo el deseo de cumplir y de seguir la Ley de Dios. 




Te dejo en la presencia de la Palabra de Dios para que sea tu alimento, tu guía en este día y con mi bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén 

 

 

Oleada Joven