Paciencia al tiempo…

lunes, 6 de febrero de

 

 

Dios nuestro, concédenos tiempo.
Impídenos que queramos ir más de prisa
de lo que permite el intenso oleaje de nuestro corazón.
Haz que tengamos paciencia con nosotros mismos,
pues el tiempo actúa a la sombra de nuestras irritaciones;
el tiempo prosigue y cicatriza, por más que nos moleste su lentitud
y nos inquieten sus vaivenes.

Danos tiempo para tomar y para aprender, pues en modo alguno
estamos hechos para vencer sin convencer,
para tomar  sin habitar, ni para recorrer sin permanecer.

Danos la familiaridad que sigue a la curiosidad,
y que permite el contacto.
Danos la ternura que acompaña al deseo
y que permite el amor.
Danos la constancia que sigue al descubrimiento
y que permite la felicidad.

Danos también tiempo para desprendernos y curarnos,
pues de ninguna manera estamos hechos para la obstinación
en el atractivo de la destrucción, sufrido o cometido.

Concédenos que demos con el camino de nuestras vidas
en medio de los matorrales de nuestras pasiones.

Señor, enséñanos a esperar en el tiempo para nuestras propias vidas
y para todo el mundo, pues tú también usaste el tiempo sin acusarlo.
Tú también caminas lentamente y reconstruyes de generación en generación.
Tienes constancia y anuncias lo que solo se realizará
más allá de nuestras maquinaciones.

Dios nuestro, danos confianza en el tiempo,
en esos días en los que parece que patinamos y retrocedemos.

No te pedimos impaciencia ni pasividad,
te pedimos que la paciencia del tiempo pacifique nuestros corazones.

En nombre de Jesús, que creció en silencio durante treinta años,
que habló con poder durante tres años,
que lo perdió todo en tres días de abandono,
y que lo recuperó todo para todos,
ofreciéndonos el tiempo como esperanza.
Amén.

Raoul Follerau.

 

 

 

Oleada Joven