Evangelio segun San Marcos 9,14-29

martes, 7 de febrero de
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En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas dicutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: "¿De qué discutís?" Uno le contestó: "Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces."

Él les contestó: "¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo." Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?" Contestó él: "Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos." Jesús replicó: "¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe." Entonces el padre del muchacho gritó: "Tengo fe, pero dudo; ayúdame." Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él." Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.

Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: "¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?" Él les respondió: "Esta especie sólo puede salir con oración."

 

 

Palabra de Dios




P. Fernando Goicochea – Sacerdote Salesiano

 

 Este Evangelio nos pone de cara a cuánto creemos nosotros en Jesús, porque la Palabra que Él dice es realmente muy clara: “Todo es posible para el que cree”. Quiere decir que el que cree es capaz de hacer cosas que superan lo que podemos pensar. Jesús dice, en alguna parte del Evangelio, que incluso haremos cosas mayores que las que Él realizó. Quiere decir que la fe hace que el hombre se vuelva de alguna manera como sin límites, porque entra en la historia a través de la fe en Dios una acción que es imposible de medir porque es la acción de Dios, y para Dios no hay nada imposible. Esto es lo que le dice el ángel Gabriel a la Virgen María cuando le anuncia que va a ser la madre del salvador.

  

Por eso, esta oración que hace este papá, preocupado por su hijo, es una oración preciosa, que podríamos hoy repetir como jaculatoria, como esta repetición que el oriente sobre todo realizan, una repetición de una breve oración, pero con la cual le decimos mucho al Señor; él le dice “creo, ayúdame porque tengo poca fe”.

 

Qué bonito que nosotros en este día, reconociendo que por una parte tenemos fe, porque sino no estaríamos escuchando estas palabras, no las estaríamos diciendo, creemos en Jesús por eso estamos aquí, pero también nos damos cuenta que nuestra fe tantas veces le falta esa confianza, que sea una fe plena, que le creamos a Dios con ojos cerrados, que le creamos totalmente, que cada una de sus palabras sea para cada uno de nosotros inamovible, porque sabemos que si la pronunció Dios, esa palabra se va a cumplir, más tarde o más temprano. Así como Jesús dice ni una i, ni una coma va a dejar de cumplirse; que eso que Jesús dice esté así de cierto en nuestro corazón.

 

Para esto te invito a que durante este día, frecuentemente, tomando mates, yendo de aquí para allá, en el colectivo o punteando la huerta, en tus actividades de este día; que le puedas decir frecuentemente a Jesús esto: Creo, ayúdame porque tengo poca fe.

 

Que tengas un hermoso día.

 

Oleada Joven