La mano de Dios…

miércoles, 8 de febrero de
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ORACIÓN CON LA PALABRA DE LOS DOMINGOS V Y VI del tiempo ordinario

Jesús toma de la mano a la suegra de Pedro y se levantó.
Lo mismo que tomó de la mano a la niña y le dijo "talita kum" = "niña, a ti te lo digo, levántate".

O el ciego de Betsaida a quien tomándolo de la mano, lo sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos…
Y el otro caso, el del endemoniado epiléptico, el muchacho que quedó como muerto, hasta el punto de que muchos decían que había muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie.

Y ese hombre, que tenía la mano paralizada, al que Jesús le dijo: Extiende la mano.» Él la extendió y quedó restablecida su mano
¡Qué escena esa donde Jesús abrazaba a los niños, y los bendecía imponiendo las manos sobre ellos!

La mano del Señor estaba con ellos, como dice Lucas en el evangelio sobre Juan el Bautista: La mano del Señor estaba con él…

Por lo visto, para Jesús no hay impedimento ni de sexo, ni de edad, ni de dolencia, ni de enfermedad, ni de condición social. Jesús se acerca a todos y no teme "contagiarse".

¿Será que los personajes del Evangelio son figura de cada uno de nosotros?
¿Será que hace falta reconocer en qué zona de nuestra vida necesitamos que la mano del Señor nos toque y nos levante?

Ven Señor, extendé tu mano sobre mí,
quiero dejarme sanar y levantar.
Ven a levantarme para el servicio del amor al que me llamás.
Ven a levantar mi mirada, mis pensamientos, mis acciones, mi vida hacia Tu Vida…

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Hermana Silvia .de La Misericordia De Dios