Cuando se encuentra el Amor

lunes, 13 de febrero de

 

Cuando se encuentra el amor, nos parece que ya hemos alcanzado la felicidad plena. Todo nos parece hermosísimo, perfecto; corremos el riesgo de hacer como el caminante: pararnos a mirar el horizonte que se ha abierto ante nosotros. Sin embargo, como ya hemos dicho, no basta contemplar nuestro amor para vivirlo en su verdad; al igual que no basta amar la música para saber tocarla. Es necesario el tiempo, el estudio y mucha práctica para llegar a ser verdaderos músicos. Como la música, el amor es un arte que no se aprende ni cultiva en solitario, sino junto a la persona amada. Y hay que contar también con la ayuda de un maestro al que nos abrimos, dejando que sus palabras resuenen en nosotros y nos introduzcan en el arte de amar.

 

 

 



¿Quién es este amigo, experto en el arte de amar, que nos ofrece su amistad y su sabiduría? Lo dice así un escritor cristiano: “Muchos han tratado de entender el amor. Pero ninguno lo ha conseguido como los discípulos de Cristo. Porque tienen como Maestro a la misma Caridad”. Cristo es el Maestro del que tenemos necesidad para aprender a amar: Él nos ha amado primero y nos amará hasta el fin de nuestros días, sin reservarse nada. En su escuela cada uno aprenderá, no solo la fascinación de la música, sino el arte de tocarla, de componer nuevas melodías.

 

 

Fuente: Preparado por el Instituto Pontificio Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia

 

 

Oleada Joven