Un cura párroco predicó la primera vez en su nueva comunidad.
Todos quedaron entusiasmados, y le felicitaron: "¡Qué lindo sermón, Padre!"
Al próximo domingo todos estaban muy curiosos por lo que iba a predicar esta vez. Pero el nuevo párroco pronunció exactamente el mismo sermón que el domingo pasado. Lo mismo sucedió el tercer, el cuarto y el quinto domingo.
Al final un feligrés no lo aguantó más y le dijo: "¿Por qué usted predica siempre lo mismo?".
Contestó el párroco: "¿Por qué ustedes viven todavía de la misma manera que hace seis semanas?"
Si ponen en práctica lo que les he predicado, entonces les voy a decir algo nuevo.