Los gestos del amor incondicionado

jueves, 1 de marzo de
image_pdfimage_print

 

Vamos a tomar el himno a la caridad de Pablo (1 Cor 13.1), tratando de traducirlo a nuestra realidad cotidiana y poniendo el acento en la misericordia. El amor de ágape es un amor gratuito, que toma diversas formas de acuerdo con lo que es mejor para el amado. Cuando se trata del amor de amistad, amor entre iguales, libre y gozoso, la caridad elije lo mejor.



Cuando el amado es alguien que está necesitado, que tiene una miseria, la caridad se vuelve misericordiosa, busca "reparar el mal". Podríamos decir que la misericordia "elige lo peor", para restaurarlo a fuerza del bien. El que busca la oportunidad para hacer un acto de caridad pura, rara vez lo encuentra. Siempre falta algo, o por parte nuestra o por parte de los demás: un acto de caridad gratuita siempre tiene algo de extraordinario- y también las circunstancias tienen que ser especiales. "Lo mejor" sólo se da con pocos y en raras ocasiones. En cambio el que va a buscar lo que falta, lo que está mal, lo pecaminoso, lo defectuoso… para suplir "un poquito" con su amor misericordioso, siempre encuentra la ocasión a mano.

Las oportunidades de ejercitar la misericordia son infinitas. 



 

Por eso el Señor nos deja como encargo las obras de misericordia y nos dice que seremos juzgados por ellas. Podríamos decir que la misericordia es capaz de encarnar la caridad en toda situación concreta. Volverla gesto humano y posible.

 

 

Fuente: "Pequeños gestos con gran amor", Ángel Rossi s.j., Diego Fares s.j., Bonum

 

Oleada Joven