El Rito (2011) cuenta la historia de Michael Kovak -Colin ODonoghue-, un joven estadounidense que renuncia al trabajo que le da su padre en la funeraria familiar e ingresa en el seminario para formarse como sacerdote. Pasados 4 años de formación, está atravesando una gran crisis de fe y decide dejar el seminario, pero su Obispo lo envía a participar de una escuela de exorcismo en una Universidad del Vaticano. Durante su estadía en Roma, conoce a un sacerdote fuera de lo común, el Padre Lucas -Anthony Hopkins-, quien se dedica en su ministerio a realizar exorcismos y acompañar a personas con manifestaciones de dudosa procedencia. La relación con el Padre Lucas, y las experiencias a las que se enfrentará, lo llevarán a cuestionarse profundamente las verdades de la fe, la existencia del demonio y la del mismo Dios.
Es interesante la propuesta de esta película que te recomendamos esta semana. La película esta basada en una novela, "El rito: formando un exorcista moderno" y fue asesorada en su producción por un sacerdote católico. Si bien tiene una producción cinematográfica con efectos especiales, el film caratulado en el género de terror no alcanza a serlo. En realidad es un drama, un hombre que se plantea existencialmente si de verdad habitan dentro del hombre las fuerzas del bien y del mal.
En tiempo de Cuaresma, y comenzando los Ejercicios Ignacianos, es un buen tiempo para adentrarse en la historia de esta película. De hecho podriamos decir que es "ignaciana" en el sentido de cómo la película presenta el accionar del mal: se esconde; produce en las personas ensimismamiento, temor; amordaza para que la persona no se anime a hablar de lo que le pasa; lleva a la persona permanentemente a errores del pasado para que quede sumergido en la culpa…
Y también nos da algunas pistas, muy al estilo de San Ignacio, sobre cómo combatir los ataques del mal, a través del discernimiento, en nuestras vidas cotidianas: "denunciar" que está obrando, poder conversar con alguien sobre lo que me está pasando; dedicarle más tiempo a la oración y pedirle a Dios, que siempre es más fuerte que el mal, que nos asista.
Linda historia, recomendada para este tiempo. ¡A no tener miedo a hacerse preguntas!
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