Cuando la lista de los "tengo que" se agranda nos sentimos agobiados e insatisfechos. Aprender a "elegir" lo que hacemos. Conversamos con la Licenciada Silvia Valle cobre cómo cambiar los "tengo qué" por los "elijo".
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"La Oleada" es el programa de jovenes de Radio María Argentina y se emite los miércoles a las 22,30hs
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Bloque central:
Mili: Y en torno a estos: “Tengo que” que tantas veces nos ponemos, pasan a ser una pesadez. Es decir, uno carga con estos “tengo que…”
Adrián Ulloque, nuestro compañero, salió a la calle a recoger algunos testimonios.
Testimonio 1- “Hola mi nombre es Lorena. Siempre fui una persona que trato que las cosas que hago degusten, aunque no siempre es así, porque hay otra cosa que es que a veces huimos de las responsabilidades, pero sabemos que también forman parte de la vida y que son cosas que se tiene que hacer. Por ejemplo yo a veces llego cansada, pero se que tengo que hacer una actividad que es mi responsabilidad hacerla, y bue… ahí nomás sigo y lo hago, aunque no tenga ganas de hacerlo, porque sé que es algo que lo debo hacer. Y este modo de hacer me va disciplinando en mi forma de vida.”
Testimonio 2 – “Mi nombre es Melania. Respecto a hacer las cosas por obligación, no me gustan hacerlas. Pero hay veces que por quedar bien con alguna persona o por estar comprometidas hacemos cosas sin querer hacerlas”.
Testimonio3 – “Me llamo Marcela. Cuando hago las cosas que me gustan me lleno de satisfacción, las hago con entusiasmo, me inspira. En cambio cuando hago las cosas que no me gustan o las tengo que hacer por obligación o por necesidad, es mucho más duro, es más pesado”.
Mili: interesante el panorama.
Leo: ¡cuánto nos vemos reflejados en estos testimonios! Cuantas veces tuvimos que decir: “tengo que hacer esto, aquello…” y en cada: tengo que hacer, es una suma más que se nos va cargando en la mochila y sentimos que son nos hace más difícil caminar.
Mili: está bueno que podamos conversarlo con gente que sabe, se dedica a esto. Por eso nuevamente tenemos la visita de la Licenciada Silvia Valles, que desde ya te agradecemos tu presencia entre nosotros.
Lic. Silvia: bueno: ¡muchas gracias a ustedes! Buenas noches. Yo hoy elegí estar acá.
Mili: ¡que bueno! nos sentimos muy gratificados entonces.
Entorno a esto que presentamos en los testimonios, este tema del “tener que hacer”….
Me levanto a la mañana: tengo que trabajar, tengo que ir a la facultad, tengo que estudiar y tengo que visitar a mis amigos…. ¿qué es lo que nos genera, esto?.
Lic. Silvia: bueno, nosotros somos seres de palabra y de pensamientos. La palabra está unida al pensamiento. O sea que lo que pensamos, luego se transmite en un moción. Cada cuestión del tengo que esta relacionada con el peso que tiene la obligación. Y sí el tengo que implica una obligación es un displacer, por lo tanto lo que produce en cada uno de nosotros es una gran baja autoestima.
Me gustó el testimonio de Lorena, donde ella dice que hay cosas que no le gusta hacer, pero sabe que son sus responsabilidades.
Todos tenemos cosas que nos gusta hace. Por ahí no te gusta levantarte temprano, pero hay realidades donde yo no elijo hacer algo del cual obtengo un beneficio, aunque pague un precio.
Mili: o sea que yo ¿puedo elegir hacer algo por más que no me guste?
Lic. Silvia: totalmente, porque si no te queda otra, entonces elijo hacerlo, y desde ese momento que elijo hacerlo me saco el peso y la la obligación porque pasa a ser una elección mía. Por supuesto que si es algo muy espantoso tendré que ver que hago con eso que tanto me agobia en mi vida.
Leo: además nos debe generar un montón de emociones negativas a la hora de hacer aquello que estoy obligado a hacer lo que tengo que hacer.
Lic. Silvia: ¡por supuesto!. Pero si yo elijo, no lo siento como obligación y pasa a ser placentero.
El esfuerzo debe estar encaminado hacia un objetivo. Entonces ahí elijo a hacer el sacrificio porque sé que el beneficio que voy a obtener es mucho más grande que cualquier otra cosa.
Leo: a parte, la persona debe hacerse cargo de eso que elige hacer.
Lic. Silvia: exactamente. Desde el momento que elijo, me estoy haciendo responsable de lo que hago. Porque el tengo que, pareciera que soy una víctima que ando por la vida, teniendo que hacer cosas que no degusta. Y todos los seres humanos, me parece, muchas veces tenemos que hacer cosas que no queremos, no tenemos ganas y no siempre podemos. Entonces cuando elegimos hacer eso que no nos gusta, buscamos el modo de que de alguna manera nos guste, porque sé que es parte de aquella responsabilidad que me toca asumir.
Mili: y a su vez, me imagino, que uno lo vive distinto si dice, bueno, tengo que rescindir esto, pero en realidad voy más allá, porque con esto voy a generar esto otro, que ¡eso sí lo elijo!
Lic. Silvia: exactamente. A veces elegimos el fin, el objetivo, pero en ele medio hay un montón de otras cosas que pasar e ir eligiendo para llegar a ese objetivo último y lo tengo que sentir como un peso. Porque cada vez que hago algo desde el tengo que, es un peso que me agobia. Y pensamos que casi todo lo que nos pasa es por culpa del tiempo.
Mili: preparando el contenido de este programa, encontré un libro de Ansel Grün: “Espiritualidad y Administración del tiempo” y habla sobre que a veces nos quitamos responsabilidad nuestras y hacemos responsables de los nuestro a otros. De algún modo, inconcientemente, nos privamos de la libertad de acción.
Lic. Silvia: así es. Quedamos anulados y víctimas de la circunstancia, que es lo peor que nos puede pasar. En cambio la elección tiene que ver con la libertad, de que yo estoy eligiendo esto porque sé para que es, así haya cosas que no me guste hacer.
Mili: y ahora, ¿cómo hago con esto, de elegir lo que no me gusta, que preferiría hacer otra cosa? Que sin embargo tengo que hacerlo por esto otro que viene después.
Reflexionamos en “La Oleada”, cambiar los tengo que por elijo que.
Silvia, nos llega un mensajito desde Tucumán: “Hola, soy Lorena y estoy muy triste porque no soy lo que me quiero ser”.
Lic. Silvia: Yo a Lorena le voy a decir lo siguiente: Lorena es!!!.
Como hacemos si nos referimos a lo vocacional. Muchas veces creemos que tenemos que hacer una carrera, para ser médico, abogado, periodista, locutor. Y no es así, eso es cuando no hay una vocación. Cuando hay una vocación, yo ya soy!! Y para ser, tengo que hacer una carrera que me habilite, a ser lo que ya soy!
Si todos nos ponemos a pensar, siempre vamos a encontrar algo por lo cual nos apasionemos. Lo que pasa que ese algo no es lo que los demás esperan de nosotros, pero sí es lo que nos hace feliz a nosotros.
Yo le diría a Lorena que se contacte con ese ser que le está diciendo: ¡qué tiene que ser! Y que a partir de ahí elija una vocación, un trabajo o lo que tenga que elegir en la vida. Pero Lorena: ¡¡ya sos!! encontrate.
Mili: y a su vez, esto de llagara ser lo que querríamos ser, o lo que en verdad estamos llamados a ser, también implica renunciar a ciertas cosas o tener que abordar cosas que no te gustan
Lic. Silvia: es parte de la vida. Es muy raro que en la vida se me dé todo como por arte de magia. Cuando yo hago una elección, sé que así como voy a obtener lo que me gusta, algún precio voy a tener que pagar.
Leo: respecto al tema de la elección, debiendo hacer algo que se me exige desde afuera, como no puedo elegirlo, uno puede ver si puede tener otra opción creativa y poder abrir nuestras posibilidades.
Lic. Silvia: hay momento, como dijimos antes, en que no podemos elegir. Sería por “fuerza mayor”, pero este no es el punto específico al cual yo ahora me estoy refiriendo.
Ahora, cuando elijo, tengo que elegir siempre por mí. Porque si yo estoy bien, voy a estar bien con todos los demás. Todos van a poder tomar de mí felicidad y yo voy a estar con mucho más energía y amor para dar a quienes están esperando cosas de mí. Ahora si yo hago cosas por satisfacer a otros y no tengo en cuenta lo que realmente quiero, es como si me fuera secando como persona. Y llaga un momento en que doy, pero desde la escasez de mí energía, como una obligación, no porque sienta que tenga que dar. Mientras más amor tenga hacia mí, como dijo Nuestro Señor: “ama a los demás como a ti mismo”; esa es la medida del amor.
Si yo me amo, si yo hago lo que quiero, mí amor va a ser infinito, para mí y para quienes me rodean.
Mili: Silvia, ante la situación con que nos enfrentamos todo el tiempo, de tener en verdad que enfrentarnos con algo que no nos gusta o no saca lo mejor de nosotros o no nos parece… ¿cómo sería el mecanismo para elegirlo? Me imagino que tiene un proceso. ¿Qué herramientas usamos?
Lic. Silvia: lo primero es saber que es lo que no quiero más en mí vida. A partir de eso empiezo un camino hacia lo que sí quiero. Por supuesto que el camino, no siempre es fácil! La cuestión es tener claro, a dónde quiero llegar, encaminarme hacia ese objetivo, más allá de los obstáculos que se nos puedan presentar y vencer. Pero siempre se va a poder elegir los pasos, siempre se está eligiendo.
Mili: cuando uno opta desde un abanico de posibilidades, uno se siente forjador de su propio destino y siente esa fuerza vital, que surge desde adentro. Y que es actor de su propia vida y uno empieza a asumirlo con más fuerza
Lic. Silvia: totalmente. Cada elección tuya que vos estas eligiendo ser, te llena de vitalidad. Y cada tropiezo se vive desde una forma distinta.
Mili: uno de los testimonios decía: cuando no hago lo que me gusta me siento mal
Lic. Silvia: claro, es agobiante hacer lo que no te gusta. Por eso el primer paso es tener en claro que es lo que queremos ser.
Leo: este elegir sería diferente a la tendencia que hay ahora que dice: déjate llevar por lo que te hace disfrutar, déjate llevar por tus sensaciones.
Lic. Silvia: sería el hedonismo: el placer por el placer. Hay mucha juventud, que no tiene en claro que es lo que quiere de su vida y le pasa esto: se deja llevar por los sentidos o por aquello que le provoca placer.
Pero el elegir del cual hoy estamos hablando tiene que ver con el enriquecimiento como persona, con el ser cada día mejor, ser más plenos. Porque el mundo necesita de seres plenos. Si el mundo ha subsistido hasta hoy, es porque hay muchos seres plenos. Muchos seres llenos de amor, que desde allí están trabajando, fuera de los que tengan la gracia de una creencia. Todos los marianos.
Pero la fuerza es amar lo que hago, porque eso me llena de amor.
Mili: es el caso, me imagino, de los deportistas, por ejemplo, que entrenan por muchas horas, después lo sienten en el cuerpo dolorido, y después pueden perder… pero en realidad van más allá.
Lic. Silvia: claro, pensar en el objetivo final, es lo que te da fuerza para seguir y pasar todos los obstáculos.
La vida se hace insoportable cuando pensamos en el tener que hacer como una obligación.
Mili: un mensaje desde Entre Ríos nos cuenta: “a mi me sucede lo opuesto. Estudié, me recibí, trabajo muy bien, pero me di cuanta que para lo que me siento llamado, no era necesario tanto esfuerzo”. Era mirar más a la naturaleza.
Lic. Silvia: muchas veces ocurre que en la vida vamos cambiando el objetivo y cuando tenemos uno por ahí, nos damos cuanta que no era ese el que buscábamos.
Mili: tal vez otros eligieron por nosotros.
Lic. Silvia: exactamente. Mi experiencia, te cuento. Yo a los veinte 20 años elegí una carrera, a los 40 años me di cuenta que no era esa carrera la que yo había elegido, que otros habían elegido por mí. Y a esa edad, decidí estudiar lo que realmente me gustaba, que era psicología.
Mili: ¡ qué valioso ¡
Lic. Silvia: si, y lo que no hay que hacer o lo pero sería, quedarse en es “nada” diciendo: “bueno porque estudié esto, porque hice esta carrera, toda mí vida voy a quedarme haciendo esto”, siendo la más infeliz del mundo.
Leo: hay una sensación en eso que el título te otorga un certificado de persona y la verdad que se olvida la complejidad que uno tiene como persona.
Lic Silvia: por supuesto. Yo por eso siempre vuelvo a esta palabra: “pasión”. Porque cuando uno hace lo que le gusta podes trabajar 20hs por día, y estas ¡feliz! , capaz muy cansado porque trabajaste todo el día, pero internamente tenes un estado de felicidad, porque estas haciendo lo que queres! La persona que trabaja la misma cantidad de hora haciendo lo que no le gusta, la diferencia que tiene es que se enferma, ¡no da más! Incluso pierde el sentido de la vida, la pasión y las ganas de vivir.
Mili: Silvia, muy interesante tu aporte en este programa Te agradecemos por haberte llegado hasta los estudios de radio María
Lic Silvia: yo estoy muy agradecida a ustedes.