Evangelio segun San Lucas 4, 38-44

martes, 31 de agosto de
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En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta, y le pidieron que hiciera algo por ella. El, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles.

Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera, se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios". Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: "También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado. Y predicaba en las sinagogas de Judea.

Palabra de Dios


 


Reflexión: Monseñor Santiago Olivera | Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje 

 



Antes de comenzar con ustedes a compartir el Evangelio de hoy , este miércoles primero, quería hacer una breve mención: comienza el mes de la Biblia porque en este mes de Septiembre se celebra San Jerónimo el día 30 y es quien tradujo la Biblia. La Iglesia ha querido recordar todo este mes la Palabra de Dios , una oportunidad para acercarnos a la palabra para darle un lugar importante en nuestra casa, en nuestro lugar, en nuestro trabajo para leerla, para gustarla, para asimilarla , para rezarla. Dios quiera que la palabra sea siempre, esa palabra que entra a nuestra vida porque son palabras de vida eterna.

Comenzamos este evangelio a ver claramente, tres secciones, tres situaciones de la curación en primer lugar de la suegra de Pedro, en segundo lugar la sanación de numerosos enfermos, en tercero la actividad misionera de Jesús, es bueno recordar como lo veníamos haciendo que las curaciones, los milagros siempre son signos de otras realidades, no es un medico Jesús es el Redentor, la salvación en El siempre será un signo una curación mucho mas importante que lo hace estar de pie y al servicio cuando la hemos recibido, esta curación cuando la vemos en el relato del evangelio que le sucede a la suegra de Pedro . Los milagros siempre hay que entenderlos desde esta perspectiva del Reino. El no lo hace para probar su divinidad o la divinidad de Dios , ni para agrandarse , reconoce en Filipenses Jesús, -Se dice Jesús ni se alabe en categoría de dios, paso como uno de tanto- sino que los milagros son signos de la presencia del Reino, en la persona de Jesús porque Jesús estaba ungido con la fuerza del Espíritu se mostró Señor de la naturaleza, el Señor de la Vida , y superior al pecado vencedor por lo tanto del diablo, vencedor de la muerte cada milagro de Cristo anuncia que El es, la fuente de la vida, que es la esperanza y la liberación para el hombre. Frente a este evangelio que se nos proclama hoy, que podemos leer hoy, que podemos reflexionar hoy, yo siempre pienso que es una buena oportunidad para que nos presentemos ante Jesús confiados y pero que descubramos que nos aqueja, de que necesitamos ser curados por Jesús , porque Su presencia sana, su cercanía sana, el Anuncio del Evangelio siempre va unido a las curaciones, vemos también en este evangelio, una vez que cura a muchísimos enfermos que van, y se le presentan, que quieren retenerlo a Jesús , quien no se queda con el halago fácil y ni el triunfo y la fama sino que he sido enviado para anunciar también en otras ciudades, no duda enfrenta el compromiso de anunciar el evangelio de no quedarse y salir a otras ciudades y otros pueblos, el fue fiel a su venida porque a sido enviado, a sido esa vocación llamado y envió del Señor para anunciar la Buena nueva del reino a todos los hombres. Si su palabra es salvadora, la persona de Jesús no es exclusivo de ningún grupo si no que todos tienen derecho a recibirlo.

Pero bueno vamos a pedirle al Señor que nos ayude realmente a renovar nuestra fe en esta presencia salvadora del Señor que pasa por la vida de cada uno dándonos la salvación.


 

Oleada Joven