Sombra iluminada

sábado, 11 de diciembre de
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He aquí mis sombras

de las que Tú te valdrás

para enseñarme a amar

 

Mis noches,

mi rigidez,

mi falta de confianza,

mi negligencia para amar,

mis dudas a borbotones

 

Te basta mi oscuridad

para alumbrar

y a mí me basta dejarte entrar

para comprender que a mi nada

le basta tu todo

y a mis vacíos

les basta tu plenitud.

 

Un segundo en tu Presencia

es suficiente para sanar

 

Yo nombro, tú abrazas.

Desnuda en mi fragilidad lloro

y Tú obras

 

Sigue moldeando

este barro húmedo,

no dejes que

se endurezca la ternura

ni se agriete la esperanza

No dejes, mi alfarero,

mi luz y mi vida,

que se me estreche el corazón.