Evangelio según San Marcos 10, 32-35

martes, 18 de mayo de
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Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.» Él les dijo: «¿Qué quieren de mí?» Respondieron: «Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria.» Jesús les dijo: «Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo estoy bebiendo o ser bautizados como yo soy bautizado?» Ellos contestaron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «Pues bien, la copa que voy a beber yo, la beberán también ustedes, y serán bautizados con el mismo bautismo que voy a recibir yo; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí el concederlo; eso ha sido preparado para otros.» 

Cuando los otros diez oyeron esto, se enojaron con Santiago y Juan. Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos. Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre.»

 
Palabra de Dios.
 

 
Reflexión: Monseñor Santiago Olivera | Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje
 
Este evangelio comparte tres partes que están conectadas.  Comienza con el anuncio de la pasión. Vemos que sus discípulos se extrañaban, y lo que lo seguían se asustaba. El camino de la redención de Jesús, paso por la pasión, Él habla de claridad: el hombre será entregado, lo condenarán, lo azotarán, lo matarán.
Los discípulos estaban esperando  otra cosa, más bien fama, gloria, triunfo de Jesús  y de si mismos. Pero sin embargo Jesús propone, este camino de salvación, vemos como hay un gran contraste; el Señor que cuenta y revela, que ese es el camino suyo, la dificultad, del dolor  y humillación….
Y los  dos hermanos, Juan y Santiago, quedan mal  parados buscando los primeros puestos, en los lugares de privilegio ansiosos. Pero no se quedan los otros  diez. En el dialogo  con Santiago y Juan son como inconscientes pero no saben lo que piden. El Señor  al sentir eso les pregunta y asocia la pasión, vuelve a la pasión que había anunciado, les anuncia  el cáliz, el bautismo: “¿pueden tomar eso?” “Podemos” pero los otros discípulos también  se enojan porque no habían entendido, no habían captado el camino del Salvador, el camino del Mesías. También estaban equivocados y buscaban el camino de privilegio.
Este texto del evangelio, nos da una gran lección porque termina con el tema del servicio. Estamos preparándonos para celebrar  el 25 de mayo los 200 años de la patria, estamos celebrando  el bicentenario. Que importante que todos descubramos que queremos trabajar para servir y los que tienen autoridad , puesto de dirigente deben tener esa actitud de Jesús. Muchas veces duele ver políticos o dirigentes que se buscan así mismos, que no buscan el bien común. Son ideales jóvenes que hay que conservar, ideales que no pasan de moda.
Jesús pues nos dejo claro, “comprendan entre ustedes quién quiera ser grande, sea el servidor de todos”. La autoridad del presidente, los gobernadores, los intendentes, los jefes de comunal, los que gobiernan las empresas, los obispos, los sacerdotes, los diáconos, de todos los que tienen una actitud dirigente, los que presiden las comunidades, deben descubrir que esa autoridad se ejerce sirviendo, sino traicionamos al Espíritu y la presencia de Jesús. Él nos mostró el camino. Él siendo grande, siendo el Salvador de nosotros se hizo salvador de todos. Quien quiera ser grande hágase pequeño y servidor. Nos cambia la manera de enfocar.

 

Oleada Joven