La fiesta de la Pascua era la fiesta de la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto. Jesús subió a Jerusalén para liberarnos a nosotros de un modo aún más hondo. Celebró con sus discípulos el banquete de la Pascua. Durante esa celebración él mismo se convirtió en cordero pascual. Como <nuestra víctima pascual> (1 Cor 5,7b) ha sido inmolado, para, de una vez y para siempre, establecer la reconciliación definitiva entre Dios y los hombres.
Algunas preguntas que nos pueden ayudar a seguir reflexionando: