¿Qué sucedió en la última Cena?

martes, 10 de abril de

Nro 99:

Jesús lavó los pies a sus discípulos la víspera de su muerte: instituyó la EUCARISTÍA -> e inaguró el sacerdocio de la Nueva Alianza.

Jesús mostró su amor hasta el extremo de tres maneras: lavó los pies a sus discípulos y mostró que está entre nosotros como el que sirve (cf. Lc 22,27). Anticipó simbólicamente su muerte redentora, pronunciando sobre los dones del pan y el vino estas palabras: <Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros> (Lc 22,19s). De este modo instituyó la Sagrada -> EUCARISTÍA. Y al mandar a sus -> APÓSTOLES: <Haced esto en memoria mia> (1Cor 11,24b), los convirtió en sacerdotes de la Nueva Alianza.

Nro 100: ¿Tuvo Jesús miedo ante la muerte en el Huerto de los Olivos, la noche antes de morir?

Puesto que Jesús era verdaderamente hombre, experimentó en el Huerto de los Olivos verdaderamente el miedo humano ante la muerte.

Con las mismas fuerzas humanas que tenemos todos nosotros Jesús tuvo que luchar por su asentimiento interior a la voluntad del Padre de dar su vida para la vida del mundo. En su hora más difícil, abandonado por todo el mundo e incluso por sus amigos, Jesús se decidió finalmente por un sí. <Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad> (Mt 26,42)

Nro 102: ¿Por qué  debemos nosotros también aceptar el sufrimiento en nuestra vida y así “cargar con la cruz” y con ello seguir a Jesús?

Los cristianos no tienen que buscar el dolor, pero cuando se enfrentan a un dolor que no se puede evitar, éste puede cobrar sentido para ellos si unen su dolor al dolor de Cristo: <Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas> (1 Pe 2,21).

Jesús dijo: <El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga> (Mc 8,34). Los cristianos tienen la tarea de mitigar el dolor en el mundo. Sin embargo siempre habrá dolor. En la fe podemos aceptar nuestro propio dolor y compartir el ajeno. De este modo el dolor humano se hace uno con el amor redentor de Cristo y con ello se hace parte de la fuerza divina que transforma el mundo hacia el bien.

 

Material extraido del YouCat, Catecismo Joven de la Iglesia Católica.

Ediciones Encuentro, Madrid 2011

Capítulo Segundo: Creo en Jesucristo

 

 

Algunas preguntas que nos pueden ayudar a seguir reflexionando:

  1. ¿Cuáles son tus miedos?
  2. ¿En qué podés seguir a Jesús, lavando los pies a tus hermanos?
  3. "Lo que no quiero es que sufra…" Habrás escuchado esta frase, cuando alguien está enfermo. ¿Es siempre negativo el sufrimiento?

 

P. Fernando Goicochea