Luz Pascual en la cárcel

miércoles, 11 de abril de
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Vuelvo a mi experiencia. Cuando me arrestaron, tuve que marcharme enseguida, con las manos vacías. Al día siguiente me permitieron escribir a los míos, para pedir lo más necesario: ropa, pasta de dientes… Les puse: "Por favor, enviadme un poco de vino como medicina contra el dolor de estómago". Los fieles comprendieron enseguida. 
 
Me enviaron una botellita de vino de misa, con la etiqueta: "medicina contra el dolor de estómago", y hostias escondidas en una antorcha contra la humedad. 
 
La policía me preguntó: 
 
–¿Le duele el estómago? 
 
–Sí. 
 
–Aquí tiene una medicina para usted. 
 
Nunca podré expresar mi gran alegría: diariamente, con tres gotas de vino y una gota de agua en la palma de la mano, celebré la misa. ¡Éste era mi altar y ésta era mi catedral! Era la verdadera medicina del alma y del cuerpo: "Medicina de inmortalidad, remedio para no morir, sino para vivir siempre en Jesucristo", como dice Ignacio de Antioquía. 
 
A cada paso tenía ocasión de extender los brazos y clavarme en la cruz con Jesús, de beber con él el cáliz más amargo. Cada día, al recitar las palabras de la consagración, confirmaba con todo el corazón y con toda el alma un nuevo pacto, un pacto eterno entre Jesús y yo, mediante su sangre mezclada con la mía. ¡Han sido las misas más hermosas de mi vida! 
 
Así me alimenté durante años con el pan de la vida y el cáliz de la salvación. 
 
 
 
 
Sabemos que el aspecto sacramental de la comida que alimenta y de la bebida que fortalece sugiere la vida que Cristo nos da y la transformación que él realiza: "El efecto propio de la Eucaristía es la transformación del hombre en Cristo", afirman los Padres. Dice León Magno: "La participación en el cuerpo y la sangre de Cristo no hace otra cosa que transformarnos en lo que tomamos". Agustín da voz a Jesús con esta frase: "Tú no me cambiarás en ti, como la comida de la carne, sino que serás transformado en mí". Mediante la Eucaristía nos hacemos ?como dice Cirilo de Jerusalén? "concorpóreos y consanguíneos con Cristo". Jesús vive en nosotros y nosotros en Él, en una especie de "simbiosis" y de mutua inmanencia: Él vive en mí, permanece en mí, actúa a través de mí. 
 
 
Así, en la prisión, sentía latir en mi corazón el corazón de Cristo. Sentía que mi vida era su vida, y la suya era la mía. 
 
La Eucaristía se convirtió para mí y para los demás cristianos en una presencia escondida y alentadora en medio de todas las dificultades. Jesús en la Eucaristía fue adorado clandestinamente por los cristianos que vivían conmigo, como tantas veces ha sucedido en los campos de concentración del siglo XX. 
 
En el campo de reeducación estábamos divididos en grupos de 50 personas; dormíamos en un lecho común; cada uno tenía derecho a 50 cm. Nos arreglamos para que hubiera cinco católicos conmigo. A las 21.30 había que apagar la luz y todos tenían que irse a dormir. En aquel momento me encogía en la cama para celebrar la misa, de memoria, y repartía la comunión pasando la mano por debajo de la mosquitera. Incluso fabricamos bolsitas con el papel de los paquetes de cigarrillos para conservar el Santísimo Sacramento y llevarlo a los demás. Jesús Eucaristía estaba siempre conmigo en el bolsillo de la camisa. 
 
Una vez por semana había una sesión de adoctrinamiento en la que tenía que participar todo el campo. En el momento de la pausa, mis compañeros católicos y yo aprovechábamos para pasar un saquito a cada uno de los otros cuatro grupos de prisioneros: todos sabían que Jesús estaba en medio de ellos. Por la noche, los prisioneros se alternaban en turnos de adoración. Jesús eucarístico ayudaba de un modo inimaginable con su presencia silenciosa: muchos cristianos volvían al fervor de la fe. Su testimonio de servicio y de amor producía un impacto cada vez mayor en los demás prisioneros. Budistas y otros no cristianos alcanzaban la fe. La fuerza del amor de Jesús era irresistible. 
 
Así la oscuridad de la cárcel se hizo luz pascual, y la semilla germinó bajo tierra, durante la tempestad.
 
 
Cardenal Nguyen van Thuan
 
 
 

 

 

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