Evangelio del día según San Juan 20,19-31.

domingo, 15 de abril de
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Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!".
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes".
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: "Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan". Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: "¡Hemos visto al Señor!". El les respondió: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré".
Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". Luego dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe". Tomas respondió: "¡Señor mío y Dios mío!". Jesús le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!".
Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro.
Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Andrés Peirone Sacerdote Salesiano de Don Bosco

 

Hoy la Iglesia nos regala, en este segundo domingo de Pascua, el Evangelio de Juan, en el capítulo 20, donde se nos habla de una aparición de Jesús resucitado a sus discípulos; y una aparición en donde se pone en medio y les da la paz. Dos veces les dice:

"La paz esté con ustedes"; y dándoles la paz les da el Espíritu Santo para el perdón.

Hoy con toda la Iglesia celebramos el domingo de la Misericordia. Jesús misericordioso, este Dios que se acerca a tu vida, este Dios que te quiere dar la paz, este Dios que derrama su Espíritu sobre tu corazón para perdonarte. Un Dios que tiene el poder y la fuerza de, como dice el Antiguo Testamento, convertir en blanco aquello que era rojo escarlata por el pecado.

Un Dios que tiene el poder de perdonarte, de renovarte, de purificarte. No interesa tu pasado, no interesa tu historia, no interesa la grandeza de tu pecado. Dios es más grande.

Dios que te invita a levantar la mirada; si estabas todo el día mirando tus miserias, llorando tus miserias, pensando que sos un miserable por tus miserias… hoy, este domingo, Dios quiere que levantes la cabeza y solamente mires Su Misericordia. Su misericordia es infinita, es más grande de lo que pensás, es más grande que tu pecado.
En este Domingo de la Misericordia, que podamos vivir con un corazón muy abierto a lo que Dios quiere hacer en nuestro corazón.

 

 

 

Oleada Joven