Que difícil es el camino hasta ti, Señor
Cuando aprendí a escalar… me enseñaste a bajar.
Cuando aprendí a reír… me enseñaste a llorar.
Cuando aprendí a hablar… me enseñaste a callar.
Si alguna vez odié… me enseñaste a amar.
¡Sabés…! me cuesta mucho seguirte… Hay veces que mis brazos tienden a bajar pero Vos, en tu inmensa sabiduría.. me mostrás por donde volver a empezar.
Que así sea!