Porque me van regando,
voy creciendo.
Queriéndome me enseñan a querer.
Con cuánta ternura me miran tus ojos,
qué paciente tu amor,
cuán misericordioso es tu corazón,
amando mi fragilidad.
Me acoges como hija
en tantos brazos,
festejan conmigo los pasos
dados en Ti,
me acompañas en mis caídas,
eres consuelo en mi dolor.
¡Cuánta vida hay en lo de todos los días,
Fuente de ternura y delicadeza!
¡Qué dulce espera
la de vaciarme para acogerte!
Confío en Ti.
Seguiré creciendo,
enraizada en tu amor.
Floreceré una y otra vez,
me deshojaré cerca
del fuego de tu Amor.
Aprenderé a vivir
cada uno de mis días en Ti,
mi corazón lleva el sello
de tu Amor.
Tu Resurrección
me libera de la esclavitud.
Soy libre en Vos.
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