En mi debilidad me haces fuerte

martes, 1 de mayo de
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Señor:
 
¡Qué fácil me resulta hablar de fragilidad cuando me siento fuerte! Pero cuando la debilidad, el pecado, la culpa… arrecian, me quedo en ellos, sin ser capaz de ver que, a través de cada una de las grietas de mi cacharro Tú encuentras espacio para manifestarme tu amor y tu ternura. En esos momentos quisiera ser de bronce o de piedra en vez de barro. Es la tentación de la autosuficiencia, de poner toda mi fuerza en mí misma.
 
Señor, qué fácilmente se escurre la certeza de de tu Presencia entre los agujeros de mi vasija… cuánta dificultad tengo en mirar a través de ellos y descubrir una humanidad doliente, a mis hermanos carentes de casi todo… qué complicado se me hace ir más allá de mis pequeñas heridas y grietas, y descubrir, acoger, las de mis hermanos.
 
 
 
 
Pero Tú, siempre Tú… me hablas, me susurras con ternura que te mire y te descubra presente en cada dolor, en cada fracaso, en cada paso en falso. Tú, misericordia infinita, abrazo incondicional, te abres paso a través de mis grietas…y contigo, de tu mano, vienen mis hermanos con sus heridas, con sus vidas llenas y vacías… presencias que sólo podría percibir a través de las grietas y agujeros de mi vida, vidas que no reparan la mía, pero sí entran en comunión conmigo a través de mi propia fragilidad.
 
Y entonces entiendo y acojo que cuando soy débil, entonces soy fuerte… Señor, Tú amas mi barro, enséñame a amarlo a mí también, como Tú lo amas, como cauce frágil de tu misericordia, como canal de entrega y desgaste… Transforma mis grietas en ventanas que se abran a mis hermanos y recuérdame siempre que acogiendo mi debilidad es como hago posible que tu amor llene mi vida y la Vida del mundo.
 
 
 
Fuente: reflejosdeluz.net
 

 

Oleada Joven