Evangelio segun San Lucas 6, 39-42

viernes, 10 de septiembre de
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En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano".

Palabra de Dios


 

Reflexión: Monseñor Marcelino Palentini | Obispo de la Diócesis de Jujuy


Queridas hermanas y hermanos, queridos jóvenes; el Evangelio de hoy está lleno de pequeños mensajes que nos ayudan a repensar toda nuestra existencia a la luz de lo que Jesús nos dice: "No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará". Qué interesante todas estas frases que sintetizan todo un estilo de vida, un estilo de vida que después Él completa diciendo: "el discípulo no es superior al maestro, no miren la paja del ojo ajeno si vos tenés una viga en el tuyo", sino buscar de ser comprensivo, de ser atento, de no vivir con los ojos cerrados como un ciego -Él dice- que quiere conducir a otros ciegos. Por eso, toda la vida del cristiano tiene que tener una mirada desde la caridad, desde el amor; la vida del cristiano tiene que ser siempre una ayuda permanente al que está a nuestro lado.


El juicio, a veces, rompe relaciones y quiebra todo lo que puede ser la alegría de la vida. No es que no tengamos que juzgar el mal y condenar el mal, pero tenemos que salvar a la persona y ayudar a la persona a salir del mal; no es que tengamos que darlo todo sin pensar en qué, sino que tenemos que ser generosos en el dar porque como el dice: "Den y se les dará" dar amor y recibiremos amor, dar gestos de solidaridad y seremos alegrados por la solidaridad de los demás, dar perdón y recibiremos el perdón y viviremos en paz.


Seguir a Jesús, el Maestro, y lo tendremos a Él como la luz que guía siempre nuestra existencia. Por eso, en este día vamos a pedir al Señor para que cada uno de nosotros busque siempre con ojos buenos la forma de ayudar a los demás.


Te pedimos Señor que nos des a cada uno de nosotros la disponibilidad para limpiar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras acciones mirándote a ti; comparándonos con tu gesto permanente de amor, de comprensión y de perdón.
Te pedimos también Señor por todos los que en la Iglesia guían a otros, que no sean guías ciegos sino que sepan ayudar a los demás con tu luz para caminar hacia la plenitud de la luz, hacia la verdad en plenitud.
Que así sea.
¡Será hasta la próxima semana si Dios quiere!

 

Oleada Joven