El cura Brochero cada vez más cerca de los altares

jueves, 10 de mayo de
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Antes del amanecer, llegó a la Argentina la gran noticia de que la Junta Médica de la Santa Sede aprobó  el milagro del Cura Brochero. El milagro presentado el 18 de abril del 2009, fue aprobado por unanimidad, lo que significa un importante paso en el camino de la beatificación del cura argentino. Monseñor Olivera, obispo de la diócesis de Cruz del Eje, indicó que faltan dos instancias: los peritos teólogos, y los obispos y cardenales. El milagro se trata de la curación de un niño, hoy ya adulto, luego de sufrir un accidente, pero no se dieron a conocer más detalles por resguardo de la familia.

 

Ya estando en vida, los pobladores de Villa del Tránsito y toda la región de Traslasierras (hoy denominada "Villa Cura Brochero"), respiraban el aroma a santidad en el Cura Gaucho.


Algunas curiosidades de su vida

 

Un "cura gaucho"

 

José Gabriel de Rosario Brochero es más conocido como "Cura Brochero" o "el cura gaucho". Vivió más de 30 años en las sierras cordobesas, y se hizo uno con su pueblo. Recorría cientos de kilómetros para visitar a los paisanos en los lugares más remotos de la zona, llevándoles un mensaje de esperanza y consuelo. Lo llamaban "Cura gaucho" porque era un cura de campo, pero en realidad éste apodo lo obtuvo viviendo en la ciudad de Córdoba. Recién ordenado sacerdote, se desempeñaba como ayudante de tareas pastorales en la Catedral, cuando se desató una epidemia de cólera que devastó a la ciudad. Brochero participó activamente  socorriendo a los enfermos y moribundos, incluso poniendo en riesgo su vida. Desde ahí sus compañeros comenzaron a llamarlo "Cura Gaucho"; quizás un profetismo de lo que serían sus días en el extenso curato de San Alberto (Traslasierras).


Un prócer sin espada


El cura gaucho, fue motor de grandes transformaciones en su tierra, dignificando a las personas, generando caminos y ferrocarriles que acortaran las distancias y promovieran a los pobladores de los parajes de Traslasierra.


Organizó a los pobladores de la región y tras mucho trabajo, los vecinos de la zona, construyeron el llamado “camino de las altas cumbres” que unió a la entonces “Villa del tránsito” con la ciudad de Córdoba. Construyeron numerosas capillas en diversos parajes alejados, caminos, puentes y canales de irrigación.


También levantaron la casa de ejercicios espirituales, para que muchos paisanos pudieran acudir a los retiros organizados por Brochero ahorrando el dinero y tiempo que insumía los 200km a mula a la ciudad.


El cura brochero fue un hombre idealista y trabajador incansable. No sólo pensaba y ejecutaba obras públicas para el progreso de su pueblo, sino que se arremangaba su sotana y trabajaba a la par de los paisanos. Al verlo acarrear pesados postes y pisar barro para la fabricación de los ladrillos con tanto esmero, los pobladores uno a uno se iban sumando a las obras. El cura invitaba a los más pobres y buscaba como colaboradores a los de peor reputación, y así los iba ganando para Dios.


La intensa labor durante los 74 años del cura, sólo se entienden desde un corazón sacerdotal amante de Dios y desde Él del corazón de sus pobladores. Su gran deseo era llevar el evangelio a todos los pobladores. Todo su trabajo en caminos, escuelas, y demás obras, lo habría desechado en cuanto notara que no servía a su único propósito: el encuentro de los hombres con Dios.


 

 

Oleada Joven