Lunes 01 de Mayo de 2023 – San Mateo 13, 54-58

viernes, 28 de abril de
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Y, al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados. «¿De dónde le viene, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?». Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Entonces les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia». Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui | Sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

Hoy celebramos a San José Obrero, patrono de los trabajadores, así que feliz día para vos, que estás escuchando, para vos que todos los días salís a ganarte el pan. Es un día importante, este feriado, para poner bajo la protección de San José a todos los que trabajan y a los que están en búsqueda de un trabajo. En este tiempo tan difícil, tan complicado por lo que vemos, por lo que vivimos, por lo que se viene en nuestro país, en nuestra patria, creo que es necesario pedir la intercesión de San José. Pedirle a Él que nos cuide como hizo con la Sagrada Familia, con Jesús, con María. Si tenés trabajo agradece, si estás buscando pedí. Como dice el Papa Francisco, tenemos que esforzarnos y pedir la gracia de las tres T, tierra, techo y trabajo. El evangelio justamente nos habla de eso. Nos encontramos al señor que va a predicar a su pueblo, al lugar donde había crecido, donde estaban los suyos y a ellos se les hace muy difícil aceptar esta buena noticia. Busquemos algunas ideas para llevar a nuestra vida espiritual. En primer lugar, el testimonio siempre cuesta y es una realidad. Una frase tan fuerte la de Jesús, ¿no? Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia. ¿Cómo cuesta dar testimonio? Primero la casa de uno, primero entre los más cercanos, entre los allegados. ¿Y es la realidad de cada día? Cuesta. Se nos hace difícil el camino. Un padre, una madre, un hijo, un estudiante, un trabajador. Cuesta. En la misma parroquia, cuesta. ¿Por qué pasa esto? Porque nos conocen. La gente que vive y comparte nuestro andar cotidiano sabe de nuestras limitaciones y a veces nos conocen mejor que nosotros mismos. Saben cuando nos equivocamos, cuando pisamos el palito. Nos conocen mucho y por eso muchas veces nos exigen también. Lo importante es no dejarse intimidar por estos juicios, sino más bien confiar en lo que Dios te va pidiendo en el día a día. Por eso pregúntate, ¿te está costando ser testimonio vivo de Jesús entre los tuyos? ¿Por lo menos intentaste? Bueno, acordate que dar testimonio no es ponerse como modelo, sino ser instrumento para que el otro se encuentre con Dios. En segundo lugar, que no te coman los prejuicios. Si dar testimonio es difícil, bueno, vivir sin prejuicios lo puede ser mucho más. Fijate lo que le pasaba a estos conocidos de Jesús, se llenaron de prejuicios, estaban cerrados y no podían ver la obra de Dios en él. Por eso el Señor no pudo hacer milagros. Quien vive en el prejuicio no se deja sorprender por Dios y cae en una vida de encierro donde lo único que vale es lo que él dice o lo que él piensa. Por eso hoy animate a cambiar de vida y de mirada, aunque te hayan defraudado, aunque te hayan lastimado, hoy date una oportunidad para dar una oportunidad. Pensá en todo lo que estás perdiendo por no conocer, por no encontrarte en serio con el otro. Que Dios te ayude a poner una mirada de misericordia y de apertura. Así que, bueno, feliz día del trabajador, que San José interceda por tu trabajo, por tu vida, por tu salud, por tu familia. Hoy creo que es un buen día para encomendarnos a San José y te invito a que participes de la misa en tu parroquia, así que nos vamos a encomendar a su protección. Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, te acompañe siempre. Amén.