El Cura Brochero rezó por mí

lunes, 14 de mayo de
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“El jueves pasado, en la ciudad de Roma, la Junta Médica de la Congregación para la Causa de los Santos ha emitido un parecer acerca de un milagro por la intercesión del venerable cura José Gabriel del Rosario Brochero. Ese presunto milagro que los médicos han dicho: “sí, acá hay un hecho que supera las posibilidades de la naturaleza y de la ciencia”, ha sido la recuperación admirable de un niñito pequeñito, bebé prácticamente, que sufrió un accidente automovilístico y quedó seriamente dañado.


Ha sido un paso importante, todavía quedan otros pasos. Se prevé que además del juicio de los médicos, también los teólogos examinen todo el proceso y den su parecer respecto de este hecho. Y después el conjunto de obispos y cardenales que integran la Congregación para la causa de los santos tienen que dar también su parecer. Si estas instancias que restan dan un voto favorable entonces quedará abierto el camino para la beatificación del cura Brochero. ¿Qué nos queda hacer a nosotros? Rezar.

 

(…) ¿Y por qué es importante la beatificación? Porque significa que la Iglesia nos lo propone como intercesor, alguien que puede recomendar de modo especial nuestras súplicas. Se me viene a la memoria aquello del cura cuando ya anciano, cieguito, el refiere cómo está, qué es lo que le pasa, y dice entre otras cosas que Dios ha hecho muy bien al disponer las cosas como están sucediendo y dice: “Porque me da tiempo para rezar por todos los hombres, pasados, presentes y futuros”.  A mí personalmente siempre me da mucho consuelo pensar: “El cura rezó por mí, y sigue haciéndolo en el cielo”. Y entonces, que él sea el intercesor es alguien que va a recomendar nuestros pedidos, nuestras súplicas.


 

 

 

Pero también la Iglesia nos lo va a proponer como modelo, como modelo de un hombre de fe que obró permanentemente por la caridad. Una fe que obraba por la caridad. Entonces, en ese sentido, Brochero es modelo para nosotros, los pastores, los obispos, los sacerdotes, invitándonos, según su ejemplo, a trabajar en lo pequeño y desde lo pequeño, y trabajar con esperanza y con alegría. Los tiempos no son fáciles, pero el Señor es el que lleva los destinos de la historia y los caminos de su Iglesia, y esa certeza anima la esperanza y la esperanza despierta la alegría en el corazón.



Pero es modelo también para todo creyente, porque Brochero fue un hombre de fe, y nos está diciendo a todos los bautizados que por la fe nos unimos a Dios, vivimos en comunión con él. Pero también, y su vida es ejemplar en este sentido, nos dice que la fe mueve a obrar por la caridad y que creer en Dios es también preocuparnos porque los demás puedan vivir de una manera digna. Y el se preocupó de que su feligresía hiciera los Ejercicios Espirituales, escuchara el Evangelio, recibiera los sacramentos, viviera cristianamente, pero se ocupó no solo de hacer Iglesias sino de escuelas, caminos, canales. Buscar maneras de progresar para que cada uno pudiera vivir más dignamente y hacer resplandecer su condición de imagen de Dios, de hijo suyo.



Brochero es un sacerdote y un creyente admirable, por eso le pedimos al Señor esa gracia, y se lo podemos pedir por intercesión de la Virgen, nuestra Madre, porque va a ser una gracia para toda la Argentina, especialmente para los pastores en la Argentina. Brochero le tenía un afecto particular a la Santísima Virgen, la llamaba “Mi Purísima”. A ella, a la Virgen, a Nuestra Señora de Luján, a la Purísima, le pedimos que nos alcance esta gracia para toda la Argentina, para toda Córdoba, para todos los que vivimos en este bendito suelo. Qué así sea.”

 

 

Monseñor Carlos Ñañez

Arzobispo de Córdoba

en su homilía del 13/05/2012

 

Oleada Joven