Evangelio del día según San Juan 16,20-23a.

jueves, 17 de mayo de
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Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo. También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar. Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. José Navarro Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Tucumán

 

Muchas veces en la vida nos visita esa amiga cruel que llamamos tristeza. Generalmente llega cuando menos la esperamos…en realidad no la esperamos…nuestro corazón goza de los buenos momentos junto a las personas que amamos. Pero eso en lo mejor de los casos…hay veces que a muchos chicos y chicas pareciera que la tristeza es la compañera de todo el día y que son unos cuantos momentos donde les sale a alumbrar el sol de la dicha…
 

A veces, como cura, me encuentro con estas situaciones de jóvenes a los que la tristeza se les hizo presente. Les confieso que me duelen esos momentos porque quisiera como hermano mayor (en Cristo) sacarles esos sentimientos para que gocen de la vida.
Y el texto del evangelio de hoy, es hermoso… Jesús da en la tecla!! Jesús les dice a los discípulos lo que en algún momento les pasará: “yo les aseguro que ustedes se pondrán tristes…”(Jn16,20). Jesús es realista…no oculta la verdad de nuestra vida. La tristeza es también nuestra compañera de viaje…
 

Pero saben mis amigos…Jesús nos hace ver que la tristeza tiene sello de!!!caducidad!!!No es para siempre!!!: Esa situación de tristeza, no tiene que ser para vos un mensaje de fin del mundo o de fin la vida. ¡No tenés que sentir eso! vos estás llamado a la felicidad, a la alegría!! Yo creo que los momentos de tristeza nos ayudan a ver esa gran verdad de nuestra vida: ¡estás llamado a la felicidad! Creo que esos momentos de tristeza te recuerdan que tu espíritu anhela bienaventuranza, y que por tanto esa amiga cruel no se quedará para siempre en tu vida, sino que se irá: “…pero su tristeza se convertirá en alegría”. ¡¿Y cuál es la fuente de esa alegría?!: “volveré a verlos y de nuevo se alegrarán con una alegría que nadie les podrá arrebatar” (Jn16,22b)

La mirada amorosa de Jesús es la causa de nuestra alegría!! Y no es una mirada con los ojos de la cara; sino una contemplación de amor. “Ustedes son mis amigos…”nos decía Jesús el domingo pasado; ¡y que hermoso es tener un amigo que nos ama!
Por ahí nos olvidamos de que la felicidad no viene de fuera, de las cosas, sino que sale de dentro:
"Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en Ti" (San Agustín).

 

 

 

Oleada Joven