En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."
Palabra de Dios
Reflexión: Monseñor Fernando Maletti | Obispo de la Diócesis de Bariloche
Queridos muchachos y chicas hoy celebramos la fiesta de la Exaltación de la santa cruz, así como en el viernes santo hemos compartido la cruz, como signo de entrega de toda la vida de un Dios y también en el marco diríamos triste de la semana santa, donde somos parte causantes también del drama de Jesús, de dar su vida hasta la muerte y muerte de cruz.
Hoy la iglesia quiere fuera del contexto de la semana santa, celebrar a la cruz como realidad glorificada y glorificante, celebrar la cruz exaltada, a ese Dios que ha sido levantado en alto.
El evangelio de hoy tomado del capítulo 3 de San Lucas nos habla del dialogo de Jesús con el centurión .Y cuando el centurión le dice las palabras, que después tomo la liturgia y que decimos antes de comulgar:”No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”
Queridos chicos y chicas que siempre sea la cruz, un motivo para poder dar Gloria a Dios, porque es la antesala de la pascua. Por lo tanto ante las pruebas, antes las dificultades, cuando las cosas no salen como las soñábamos, cuando se nos derrumba una ilusión, sepamos abrazarnos a la cruz, no en un sentido masoquista, sino sabiendo y pensando lo que quiere Dios decirnos a través de eso que nos pasa.
Así la cruz que tengamos que llevar, cruz a veces que viene de la naturaleza, otras veces provocada por otros, otras veces provocada por nosotros, hacer de la cruz la que tengamos que llevar una pasión de amor, de entrega incondicional. Porque la felicidad del amor esta en la entrega.
Los bendigo queridos chicos y chicas y que en esta fiesta de la exaltación de la santa cruz, podamos mirar un crucifijo, agradecerle a Jesús su entrega por nosotros y prometer también la nuestra en él, por nuestros hermanos.