"Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo".
Palabra de Dios
P. Andrés Peirone Sacerdote Salesiano de Don Bosco
En éste Domingo la iglesia nos regala en el evangelio de Mateo éste envío que hace Jesús, nos regala éste evangelio porque hoy estamos celebrando la fiesta de la Santísima Trinidad. Y Jesús envía a sus discípulos a predicar y a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. La Santísima Trinidad.
De a poquito Dios se fue revelando, y en la plenitud de los tiempos con Jesús, se revela con el Dios comunidad, el Dios trinitario, el Dios donde hay diversidad, porque el Padre no es el Hijo , ni el Hijo es el Padre, el Padre no es el Espíritu Santo ni el Hijo tampoco lo es, ni el Espíritu es ninguno de ellos…cada uno es cada uno, diverso, pero en una gran unidad.
Recibir el bautismo en nombre de la Trinidad y vivir como cristianos creyendo en la Trinidad significa hacernos parecidos a ellos, significa cada vez más- en medio de la diversidad que vivimos- valorar la unidad. Seguro que en tu casa, con tu familia, con tus amigos, compañeros de trabajo, con tu novio/a, en tu comunidad hay diversidad: no todos piensan igual, no todos ven de la misma manera una situación, etc. Como en la Trinidad, hay diversidad. Pero nada nos exime del esfuerzo de buscar la unidad, que no es sinónimo de uniformidad, sino que es unidad en lo diverso.
Que éste bautismo que hemos recibido se note en nuestra vida, en medio de la diversidad. Siempre busquemos la unidad!