Evangelio según San Juan 17, 1-11a

martes, 18 de mayo de

"Padre, glorifica a tu Hijo"

 
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: "Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, y son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti."
 
 
Palabra de Dios.
 

 
Reflexión: Monseñor Fernando Maletti | Obispo de la Diócesis de Bariloche
 
Queridos muchachos y chicas: hoy nos trae la palabra de Dios esta  primera parte de la Oración Sacerdotal de Jesús, llamada también  Oración de Jesús por el nuevo pueblo santo.
Estamos  en la semana posterior al domingo de   la Ascensión y preparándonos ya para celebrar el próximo  fin de semana  la venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los apóstoles. Es bueno que en  esta semana que partió Jesús, donde nos dice “es necesario que yo me vaya porque les enviaré el espíritu de la verdad, él les ensañará todo”. 
Que nosotros tengamos muy clara la fe en Dios Uno y Trino, este día cuya fiesta de la trinidad celebraremos en la siguiente semana.
La fe, para nosotros los jóvenes, no es aceptar dogmas solamente, sino que como dice el autor de la carta de los hebreos: “Es la firme seguridad de lo que esperamos y la  convicción de lo que no vemos “
En esta semana nuestra fe para esperar al Espíritu debe ser una actitud hacia el Padre. Debemos estar en la atmósfera u onda de fe en estos días, hacer el esfuerzo para  ver las cosas desde el  punto de vista  de Dios.
 ¡Que lindo ver la realidad con los ojos de Dios!, con la mirada de Dios. 
La fe no es algo que yo tengo como si fuera un objeto, sino  algo que yo vivo y por eso en esta semana y también como condición para  hacer  y recibir milagros es pedirle al Señor: “Auméntanos la fe”.
Sabemos que muchas veces nuestra fe cae en crisis, por la indiferencia, por el relativismo que hay en la sociedad actual, también  por esta suerte de panteísmo o ateismo, en el fondo por la  ausencia de Dios. Y nosotros también podemos caer en esta   crisis hasta la ausencia de la  fe. 
Por eso la fe más que devociones, prácticas,  medallas (aunque estas cosas nos pueden ayudar a la fe) fundamentalmente es un encuentro con Dios, es un menaje de luz, es una Persona, alguien que sale a nuestro encuentro y nos habla.
Por eso en estos días previos a Pentecostés  asumamos que Dios se manifiesta, que el toma la iniciativa, que Dios se comunica, que el nos habla y que Dios nos interpela. Que sea Él nuestra única meta o la más importante.
Por eso muchachos la fe es una tarea, es un dinamismo. Conozcámosla más, proclamémosla y propaguémosla, y vivámosla con confianza.
Pensemos ¿qué significa para vos haber sido bautizado, y estar  por confirmarte  o ya confirmado? ¿pensamos vivir de acuerdo a la fe para que el Espíritu Santo encuentre en nosotros un material apto para hacer su obra de iluminación y descienda sobre nosotros con sus siete dones sagrados?.
Les deseo todo bien y que en este día el Señor los bendiga.

 

Oleada Joven