Sagrado Corazón de Jesús

viernes, 15 de junio de
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El encuentro con el Señor en lo hondo del corazón para un cristiano no es un lugar de intimismo sino de interioridad. La intimidad con el Señor, no nos deja encerrados, sino que nos saca de nosotros mismos. Cuando uno experimenta algo lindo intenta comunicarlo a los que más quiere. El amor es difusivo y el signo de mayor amor es la necesidad de salir para afuera. Discípulo es el que está con el Señor, el que le conoce el corazón y el que sabe comunicar eso que ha experimentado.

 

Una petición propia de esta fiesta la encontramos en el texto de Mt 11, 28-30 “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados que yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso”.  Una imagen linda del corazón de Jesús manso y humilde, un desafío para nosotros por eso la iglesia en esta fiesta reza: “Jesús manso y humilde de corazón haz nuestro corazón semejante al tuyo”.

 

Jesús nos acercó los latidos del corazón de Dios y su palpitar nos mostró las entrañas misericordiosas del Padre. No estamos ante un Dios duro, abstracto, implacable sino ante un Dios que ha querido ser vulnerable, no por debilidad sino por amor. Y sus heridas nos han curado. Sólo así podremos entender las parábolas misericordiosas que nos presenta el evangelio. 

 

 

Jesús el buen Pastor

 

El evangelio nos relata aquel pastor bueno que habiendo perdido una oveja deja las 99 que poseía para ir en búsqueda de la que le falta, su oveja extraviada. Para el buen pastor esa oveja es única e irrepetible, nunca una clonada. A él no le interesa llegar a las 100, sino que le interesa ésa.

 

Si miramos a los criollos de las sierras, con sus cabras, tienen su rebaño de 20 o 30 y las conocen a cada una con sus características específicas y si le llegara a faltar una se daría cuenta cuál es. Las conoce y por eso las puede distinguir: la blanquita, la renguita, la de boca ancha, la más lenta, la nuevita, etc

 

Para muchos la imagen del Sagrado corazón de Jesús es la imagen del Buen Pastor. Jamás un pastor que tiene muchas ovejas deja 99 por ir a buscar a una, pero si es un Buen Pastor y quiere a sus ovejas sí. Ésta imagen preciosa del Buen Pastor que busca y busca hasta que encuentra esa que le falta.

 

 

 

Una noche, en una ciudad española después de cenar al pasar por una hermosa plaza había una escultura de un pastor español. Era un pequeño pastor que tenía en brazos una ovejita claramente enferma: era flaquita, se la veía debil y enferma. La escultura tenía debajo un cartel con el nombre. Yo erroneamente me imaginé que se llamaría “Pastor”, porque nunca hay demasiada imaginación para nombrar las esculturas. Me acerqué replanteándome para que me iba a molestar leyendo si seguramente se llamaba como pensaba, y me sorprendí al descubrir que el cartel decía “La Preferida” La escultura no hacía referencia al pastor sino a la ovejita, que era la preferida justamente por frágil. Aunque la escultura no era religiosa sino que estaba en una plaza cualquiera, a mí me sirvió mucho humana y religiosamente. Entendí que esa ovejita era yo y cada uno de nosotros.

 

El Señor no nos abandona en los acantilados, sino que nos sale al encuentro, nos protege, nos cuida las heridas y nos trae cargados contra su corazón. Esa es la misericordia, la humildad y mansedumbre de su corazón.

 

 

Podemos rezar esta oración:


“Ven Señor Jesús, busca a tu siervo, busca a esta oveja extenuada y cansada. Ven Buen Pastor, tu oveja ha andado errante mientras Tú tardabas, mientras Tú te entretenías en los montes. Deja tus 99 ovejas y ven a buscar ésta. Ven sin perros, ven sin rudos asalariados, ven sin el mercenario que no sabe pasar por la puerta, ven sin ayudantes, sin intermediarios que ya desde hace tiempo te estoy esperando, estoy esperando Tú venida. Se que estás a punto de llegar, ven pero sin bastón, con amor y con actitud de clemencia. Ven Señor Jesús, búscame, rodéame, encuéntrame, levántame, llévame”. 

 

 

El Señor siempre prefiere la oveja débil, la frágil, la que con sinceridad, más allá de todo pecado, se acerca y muestra sus fragilidades, descarriadas y heridas. El Buen Pastor hace fiesta cuando vuelve con su ovejita en brazos.

 

 

Oración al Sagrado Corazón de Jesús: 

 

Dios, Padre nuestro,

yo te ofrezco mi jornada,

mis oraciones, pensamientos, afectos y

deseos, palabras, obras, alegrías y

sufrimientos en unión con el Corazón

de tu Hijo Jesucristo que sigue

ofreciéndose a Tí en la Eucaristía

para la salvación del mundo.

 

Que el Espíritu Santo,

que guió a Jesús,

sea mi guía y mi fuerza en este día

para que pueda ser testigo de tu amor.

 

 

 

P. Ángel Rossi Sj

extracto de una de sus charlas de preparación

para la fiesta del Sagrado corazón *

 

 

Para escuchar la charla completa del P. Ángel Rossi podés hacer clic en el reproductor debajo del título

 

 

Oleada Joven