Evangelio según San Marcos 4,26-34

sábado, 16 de junio de
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Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha". También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra". Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.

 

Palabra de Dios

 

 


 

 

P. Andrés Peirone Sacerdote Salesiano de Don Bosco

 

Hoy Jesús en el evangelio nos está hablando en parábolas sobre el Reino de Dios y busca el modo de hacerse entender, Jesús no es alguien distante, no es un maestro lejano, Él mismo dice "¿ Con qué podríamos comparar el Reino de Dios?" ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Es decir, se preocupa por hacerse entender y los demás lo entiendan.

 

Por un lado, hoy estamos invitados a dar gracias y alabar a Jesús que para cada uno de nosotros se hace entendible, Jesús que no es alguien que habla ni códigos ni claves, sino que Jesús es un Dios demasiado cercano, un Dios que trata realmente de que yo pueda coprenderle lo que Él me está diciendo. Y a la vez, hoy es un día para decidirnos a imitarlo, porque talvez nosotros en nuestras familias, con nuestros amigos, en la facultad, en el trabajo, con el novio/a, más de una vez  tendramos la dificultad de la comunicación y el diálogo, en donde entendemos cosas que no siempre nos quieren decir, en donde decimos cosas que no siempre queremos decir, en donde a veces no nos esforzamos mutuamente por darnos a entender en el mensaje que realmente queremos dar…

 

Y así un montón de problemas en la comunicación que en el fondo nos ponen tristes, nos alejan, a veces hasta sin querer nos hieren o herimos a otros. Por eso hoy es un día para imitar a Jesús, para decidirnos a valorar más el esfuerzo por comunicar lo que realmente hay en nuestro corazón, con el modo que el otro pueda comprender, es un momento para decidirnos a adaptarnos a los que tenemos al lado para poder entrar en comunicación e intimidad.

Que Jesús, maestro de la comunicación nos regale esta gracia.

 

 

 

 

Oleada Joven