"No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran."
Palabra de Dios
P. Mario Sánchez
El evangelio de hoy nos invita al discernimiento , a la prudencia al momento de ofrecer las cosas que son valiosas. En sus relaciones con los demás, Jesús poner en guardia ante las actitudes peligrosas. Podríamos decir que lo primero es no juzgar, se trata de una verdadera prohibición, acción que evita y condena todo desprecio de los otros, el juicio último es competencia exclusiva de Dios, nuestros parámetros y criterios son relativos, están condicionados por nuestra subjetividad; toda condenación a los demás se vuelve también condenación hacia uno mismo por cuanto nos pone bajo el juicio de Dios y nos auto-excluye del perdón.
Si tu ojo está limpio, es decir, si está libre de todo juicio hacia el hermano, puedes relacionarte con él de manera veraz ante Dios. Por eso vayamos a las palabras de Jesús que nos ofrece el evangelio, dice: "No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos"… A primera vista este dicho de Jesús aparece extraño ante la sensibilidad del lector más moderno, en tiempos de Jesús como en la cultura antigua, los perros no eran muy apreciados porque se consideraban semi-salvajes y callejeros. Vayamos ahora al aspecto positivo y didáctico de la palabra de Jesús: No profanar las cosas santas, es decir, usar la prudencia y el discernimiento.
En el evangelio de Mateo, la perla es también imagen del Reino de Dios. La interpretación que hace el evangelista al poner esta advertencia en boca de Jesús, es principalmente teológica, seguramente la interpretación que parece más acorde con el texto es la lectura dentro de la Iglesia de las palabras de Jesús, una advertencia a los misioneros cristianos a no predicar el evangelio de cualquier forma, no tirar la palabra de Dios de cualquier manera, sino buscando siempre la prudencia y el discernimiento de como vamos anunciando el Reino, predicando de manera eficaz . Por eso la consigna será preguntarnos: ¿Escuchamos la palabra de Dios para vivir bajo la mirada del Padre para cambiar personalmente y las relaciones con los hermanos? ¿Escuchamos de verdad, la sentimos metida en el corazón para convertir? ¿Nos dejamos guiar y atraer por este evangelio, que aunque sea difícil, a caminar por un camino más estrecho y no por lo fácil? ¿La palabra de Dios me cambia la vida y me lleva a vivir comprometidamente?