En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Palabra de Dios
Reflexión: Monseñor Marcelino Palentini | Obispo de la Diócesis de Jujuy
Queridos amigos, en el día de hoy celebramos el día del Profesor. Qué interesante ver al joven en una buena relación, en una alegre relación con sus profesores; qué interesante ver a los jóvenes inquietos para aprender de sus maestros -los profesores- los valores de la vida y gozar de la vida.
Qué importante es para todos nosotros descubrir cómo el que está al frente nuestro no está ahí solamente para exigir sino nos exige para que nosotros caminemos bien y podamos llegar a la meta. Qué importante es descubrir cuánta gente está a nuestro alrededor que nos puede ayudar y nos quiere ayudar para poder alcanzar el objetivo de nuestra existencia.
El Evangelio de hoy nos habla de que Jesús recorría las ciudades y los pueblos predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios, el Maestro -diríamos nosotros, Profesor- que ayudaba justamente a vivir, gozar de la Buena Noticia del Reino de Dios. Y junto con Él iban los 12 -los discípulos- y junto con Él iban también algunas mujeres, no era excluyente Jesús diciéndo solamente los varones pueden recibir mi mensaje sino también las mujeres; y algunas de ellas estaban con Jesús junto con María que había vivido la experiencia de la conversión, del cambio. Por ejemplo el Evangelio de hoy nos dice: "María llamada Magdalena de la que habían salido 7 demonios, acompañaba a Jesús y otras amigas que compartían sus bienes". Qué interesante ver a Jesús el Maestro y en este día del Profesor verlo, como repito, como enseña a no excluir a nadie, a integrar a todos, a recibir ayuda de todos; pero también a darpermanentemente el sentido de la vida a todos los que estaban a su alrededor: varones y mujeres necesitados de estar con Jesús; varones y mujeres necesitados de una palabra que les ayude a mirar más allá de las realidades temporales presentándole y ofreciéndole la dimensión infinita del Amor Divino.
Que el Señor nos ayude a todos a aprender de los demás, nos ayude a enseñar con nuestra vida a los demás. Que el Señor llene nuestro corazón de sus regalos grandes divinos que son la paz, el amor, la armonía, el diálogo, la comprensión y la capacidad de integrarnos todos para poder juntos, construir aquí el Reino de Dios. Por eso, una vez más recordamos esa frase: "Jesús recorre ciudades y pueblos, no se queda estancado en un lugar; predica y anuncia la Buena Noticia" y nosotros caminamos con Él en distintos lugares, siempre lo tenemos en nuestro corazón para gozar de esta Buena Noticia del Reino de Dios. Que el Señor nos bendiga y nos permita decirle todos los días: aquí estoy, quiero ser tu discípulo porque quiero vivir como vos viviste, haciendo el bien.
¡Hasta la próxima semana si Dios quiere!