Evangelio según San Mateo 8,18-22

domingo, 1 de julio de
image_pdfimage_print

 

 

Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla. Entonces se aproximó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré adonde vayas". Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos".

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Rubén Gutierrez Diócesis de Orán Salta

 

Comenzamos la semana, nuevo mes, la segunda mitad de este 2012, ponemos nuevamente en las manos de Dios nuestras ilusiones y esperanzas. La palabra de Dios una vez más nos lanza un desafío enorme como cada día, Jesús es un maestro tan exigente que podemos llegar a desanimarnos pensando que es imposible cumplir lo que Él propone. Su lenguaje es tan radical y exigente que corremos el riesgo de considerarlo una utopía, en el sentido literal de la palabra, algo que no tiene lugar, que no puede realizarse, qeu es imposible. Pero no, como buen Maestro sus palabras se presentan como formulaciones extremas, verdaderas utopías hacia las que hay que caminar aunque se diste mucho de alcanzarlas.

 

El evangelio de hoy presenta dos de ellas, primero un letrado del grupo de los fariseos que talvez creían reunir todos los requisitos para seguir a Jesús, le propeten seguirlo a donde vayan , los fariseos en realidad eran buena gente, pero tenían fama de estar muy apegados al dinero. Por eso Jesús se apresura a recordarles que para seguirlo hay que andar livianitos de equipaje.

 

"El Maestro no tiene donde reclinar la cabeza"…es una invitación a la aventura de la libertad más plena, de vivir a la interperie confiados solo en la mano providente de Dios.

 

Otro se acerca a Jesús rogándole poder ir primero a enterrar a su padre y Jesús le responde con una frase que si la entendemos al pie de la letra nos parece inhumana: "Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos". Dentro del contexto del evangelio, el padre, representa a la tradición, el pasado judío, y el discípulo está llamado a mirar hacia delante, para seguir a Jesús hay que romper con el pasado y aventurarse por el sendero de las buenas nuevas. Evidentemente que a nadie se nos prohibe enterrar a nuestros muertos ni despedirnos de nuestras familias. La palabra en cambio pone en evidencia esos obstáculos que conciente o inconcientemente solemos poner al seguimiento más profundo de Jesús.

 

Queremos seguir a Cristo pero ponemos muchos "peros"…el amor al dinero, al poder, una vida más fácil, el amor a las estructuras, se interponen muchas veces en nuestro camino discipular. Les dejo una pequeña consigna para que sigamos rezando y rumiando esta palabra: ¿Sentís que hay algún obstáculo, algún "pero" que te está impidiendo en este momento dar un mejor paso en tu camino de seguimiento de Jesús?

 

 

 

 

 

Oleada Joven