Amistad, quizás sea eso

domingo, 15 de julio de
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Quiero ser para tí como un puente sobre el río. De este lado, tu hoy. Del otro lado, tu mañana. Entre ambas orillas, el río de la vida: a veces está calmo, a veces turbulento; algunas veces traicionero, otras profundo y barroso. Es necesario atravesarlo. Si tienes miedo, pasa sobre mis hombros. Si no quieres correr riesgos, usa mis hombros.
Si descubres que no conviene pasar solo, usa mis hombros. Si me balanceo, no tengas miedo.
Ten calma, desacelera el ritmo de tu corazón silenciando tu mente. Afirma tu paso con la visión del futuro. Encuentra la calma de las montañas. Rompe la tensión de tus nervios y músculos con la dulce música de los arroyos que viven en tu memoria. 
Vive intensamente la paz del sueño.
Aprende a tomar vacaciones de un minuto, al detenerte a mirar una flor, al conversar con un amigo, al contemplar un amanecer o al leer algunas líneas de un buen libro. Recuerda cada día la fábula de la liebre y la tortuga, para que sepas que vivir más intensamente no significa vivir más rápido y que la vida es más que aumentar la velocidad.
Vuelve hacia las ramas del roble que florece y comprende que creció grande y fuerte porque creció despacio y bien. Ten calma, desacelera el paso y echa tus raíces en la buena tierra de lo que realmente vale, para así crecer hacia las estrellas.


 
Hellen Keller
 
 

 

 

Oleada Joven