Y un joven dijo…

miércoles, 18 de julio de
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Y un joven le dijo: ¡hablános de la amistad!


Y él respondió, diciendo: tu amigo es la respuesta a tus necesidades.
Es tu campo, que sembrás con amor y cosechas con gratitud.
Y es tu mesa, y el fuego de tu hogar.
Porque acudís a él para saciar el hambre y lo buscas en procura de paz.
Cuando tu amigo revela su pensamiento, no temés el “no” en tu propia mente, ni retenés el “sí”.
Y cuando él guarda silencio tu corazón no cesa de escuchar a su corazón.

Porque en la amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las expectativas, nacen sin palabras y son compartidos con callado gozo.
Cuando te separás de tu amigo, lo hacés sin aflicción; porque lo que más amás en él puede ser más diáfano aún en su ausencia, como para el alpinista la montaña aparece más despejada desde la llanura.

Y permití que en la amistad no exista otro propósito que el de profundizar el espíritu.
Porque el amor que busca otra cosa que no sea la revelación de su propio misterio, no es amor sino una red tendida, y solamente lo inútil es pescado.
Y procura que lo mejor de vos sea para tu amigo.
Si debe conocer tu bajamar, dejálo conocer también tu pleamar.

Porque ¿qué amigo es aquel que tenés que buscar para matar las horas?
Buscálo con horas para vivir.
Porque es misión suya llenar tu necesidad, pero no tu vaciedad.
Y que en la dulzura de la amistad haya lugar para la risa y para los placeres compartidos.
Porque en el rocío de las pequeñas cosas el corazón encuentra su mañana y toma su frescura.
 
Khalil Gibrán
 

 

 

Oleada Joven