Evangelio segun san Mateo 9, 9-13

lunes, 20 de septiembre de
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En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: "¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?" Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."

Palabra de Dios


 

Reflexión: Monseñor Fernando Maletti | Obispo de la Diócesis de Bariloche

 

 

Hoy martes 21 de Septiembre, la Iglesia celebra la fiesta de San Mateo y aparece el texto del evangelio precisamente de Mateo 9,9-13 que acabamos de escuchar.

Queridos jóvenes aparece en este texto la elección de Mateo y aparece una realidad muy fuerte para todos los jóvenes, que a veces nos sentimos que estamos como afuera, hasta del sistema, que nadie nos quiere o que simplemente nos tratan pedagógicamente pero no nos dan la importancia que tenemos. Jesús nos incluye, este comer con pecadores y publicanos, implica que a todos, en especial a los jóvenes Jesús los tiene muy dentro de su corazón.

Y amor con amor se paga, hoy es el día de los jóvenes, de la juventud. Hoy 21 de septiembre ciertamente que es un día muy especial, para todos los muchachos y las chicas, en especial los que están en edad del colegio secundario, pero también los un poco más grande y un poco más chicos.

¿Cuál debe ser en este día de los jóvenes nuestra respuesta a Jesús? Porque saben una cosa, que Jesús nos habla y esta presente, en la biblia, en la sagrada escritura, en la eucaristía, en el pan y en el vino consagrado. En la iglesia, en esa realidad que nos contiene y que nos recibió el día del bautismo, esta presente en los demás hermanos, esta presente en los acontecimientos de la vida y en los signos de los tiempos.

Queridos chicos y chicas en este día de la primavera, la consecuencia de escuchar a Jesús debe ser el seguirlo. ¿Cómo tiene que seguir un joven a Jesús? En el amor, porque el amor es lo que resume la vida y la personalidad de Cristo, seguirlo en la fe. La fe es aceptar su persona, seguirlo a Jesús también en el culto, ósea en la oración y en los sacramentos. Estos últimos los signos sensibles de la gracia de Dios y seguirlo a Jesús en nuestra vida. Muchachos y chicas trabajando por llevar a otros al amor, al conocimiento y al seguimiento de Cristo.

En este tiempo donde hay tantas fragilidades pero al mismo tiempo tantas esperanzas y horizontes para los jóvenes, contagiemos a otros jóvenes esta hermosa realidad, consecuencia de que nos hable Jesús a través de muchas cosas y esta consecuencia debe ser seguirlo, seguirlo porque en el seguimiento a Jesús vamos a encontrar también tantas respuestas a nuestras inquietudes y tantas soluciones a tantísimos interrogantes que nos hacemos.

 

 

 

Oleada Joven