Apostolado de la sonrisa

domingo, 29 de julio de
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Basta una leve sonrisa en tus labios:

Para levantar el corazón;

Mantener el buen humor;

Conservar la paz del alma;

Ayudar a la salud;

Embellecer la cara;

Despertar buenos pensamientos;

Inspirar generosas obras.

Sonríete hasta que notes que tu constante seriedad y severidad se haya desvanecido.

Sonríete hasta entibiar tu propio corazón con ese rayo de sol.

Irradia Tu Sonrisa: Esa sonrisa tiene muchos trabajos que hacer, ponla a servicio de Dios.

Tú Eres Apóstol Ahora y la sonrisa es tu instrumento; la caña para pescar almas.

Santificando la gracia que habita en ti, te dará el encanto especial, que necesitas, para transmitir a los otros ese bien.
 

Sonríe a los tristes.

Sonríe a los tímidos.

Sonríe a los amigos.

Sonríe a los jóvenes.

Sonríe a los ancianos.

Sonríe a tu familia.

Sonríe en tus penas.

Sonríe en tus pruebas.

Sonríe en tus soledades.

Sonríe por amor de Jesús.

Sonríe por amor a las almas y todo en silencio.

Deja que todos se alegren con la simpatía y belleza de tu cara sonriente. Cuenta, sí puedes el número de sonrisas, que has distribuido entre los demás cada día; su número te indicará cuántas veces has promovido contento, alegría, satisfacción, ánimo, o confianza en el corazón de los demás. Estas buenas disposiciones, siempre son el principio de obras generosas y actos nobles.

La influencia de tu sonrisa obra maravillas, que tu ignoras. Tu Sonrisa puede llevar esperanza y abrir horizontes a los agobiados, a los deprimidos, a los descorazonados, a los oprimidos y a los desesperados.

Tu Sonrisa puede ser el camino para llevar las almas a la fe.

Tu Sonrisa puede ser el primer paso que lleve al pecador hacia Dios.

También Sonríele a Dios. Sonríe a Dios, mientras aceptas con amor todo lo que El te manda y merecerás la radiante sonrisa de Cristo fija en ti con especial amor por toda la eternidad.
 
 

 

Oleada Joven