Algunos criterios propuestos por la espiritualidad ignaciana:
– “Buscar y hallar la voluntad de Dios para mi vida”, no lo más perfecto objetivamente, sino lo que Dios quiere para mí.
– Es propio de la espiritualidad Ignaciana Ensanchar el corazón hacia las dimensiones del universo, pero a la vez aterrizando en lo concreto para no perderme en vaguedades o en ideales irrealizables. Lo grande y lo pequeño conviviendo.
– Conocer mi realidad lo mejor posible, examinandome periódicamente, tanto en lo positivo para darle gracias a Dios como en lo negativo para superarlo con su ayuda. Discernir a la luz de la oración y de la razón iluminada por la fe, cómo puedo mejor mi realidad para ser más acorde al evangelio.
– Encontrar a Dios en todo lo creado siendo contemplativo en la acción, unido a Él en todo lo que hago, para en todo “amar y servir”.
– Ser hombre del magis: solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce al último fin “buscar, hallar y seguir la voluntad de Dios”. Es salir del propio interés para hacernos disponibles ahí donde Dios nos necesite.
P. Angel Rossi Sj