¡Me resisto a no ser libre!

miércoles, 8 de agosto de
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Señor, aquí estoy, metido en un mundo confuso y tenso.

Este mundo, de los hombres en que vivo.

Esta sociedad agitada y nerviosa, cansada y dura

donde sólo viven y tienen derechos los fuertes.

Esta sociedad, Señor, llena de injusticias,

donde la ley de la picardía es

la mentira hecha verdad,

donde la ley de la selva es

el látigo hecho poder,

donde la ley del amor se

ha hecho ley de violencia,

donde la ley se ha hecho norma a base de abuso.

Aquí estoy, Señor, queriendo ser libre en mi utopía, amurallado,

cercado, perseguido, en callejón sin salida.

Quiero ser libre. Quiero vivir desde mis raíces;

ser yo mismo; tener mi originalidad.

Quiero abrir y dar las manos a los hombres a mi paso;

hacer de la amistad la ley de mi vida;

hacer de la sencillez el clima para

vivir en fraternidad

Quiero abrir camino paso a paso

sin perder mi identidad.

 

No quiero quedarme solo.

No quiero venderme a nadie.

Yo creo, Señor Jesús,

en la utopía que nos dejaste;

en la alternativa,

en el desafío de la comunidad.

Me resisto a vivir solo.

Yo busco, Señor, la solidaridad.

 

No me gusta, Señor Jesús,

esta sociedad que he recibido.

No acepto sus sistemas, ni sus estructuras opresoras.

No quiero entrar en el juego de sus tentáculos.

Mi protesta, Señor, contra lo viejo, lo gastado.

Mi grito, Señor, es contra

la ley que esclaviza al hombre.

Recibe mi oración, amén.


 

Anónimo

 

 

 

 

 

 

Maria Carolina Chahin