Evangelio según San Mateo 19,16-22

viernes, 17 de agosto de
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Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?". Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos". "¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?". "Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.

 

Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: Monseñor Carlos Ñañez | Obispo de la Arquidiócesis de Córdoba

 

 

Un saludo cordial a toda la audiencia de Radio María, especialmente para los jóvenes que, a través de Oleada Joven, siguen la programación de este importante medio.

 

 

 El Evangelio, que nos presenta hoy la Iglesia, es el de un hombre, probablemente un joven, que se acercó a Jesús y le planteó su búsqueda, “¿Qué tengo que hacer para alcanzar la vida eterna? La pregunta está conforme a la tradición judía, es decir, qué obras debo realizar para alcanzar esa meta. La respuesta de Jesús está también en la línea de la tradición judía, observar la ley, cumplir los mandamientos, porque la ley, la torá, es fuente de vida, y el espíritu que la anima es el amor que impulsa las obras, una fe que obra por la caridad.

 

 

 El joven tiene que cumplir el camino ese de la ley, y Jesús enumera los mandamientos que se encuentran en la segunda parte de la tabla de la ley, aquellos en relación a las obligaciones con el prójimo. La respuesta del joven, por su parte, muestra que se trata de una persona observante, generosa, y que anhela algo más, y acá podemos ver un poquito el alma de un joven, porque es siempre alguien que se anima a algo más. Entonces, la respuesta de Jesús va en la línea de una radicalización de la generosidad y de la confianza. De la confianza porque es ponerse al cuidado de Dios, de manera tal, que el corazón de este hombre esté puesto en Dios, que Dios sea su tesoro, y ahí donde esté el tesoro estará el corazón. Y radicalización de la generosidad porque significa deshacerse de todo, entregarlo todo, y esto a favor de los más necesitados.

 

 

 El Evangelio nos dice que la propuesta de Jesús acabó en un fracaso, porque este joven o esta persona que se acercó por el apego que tenía a sus bienes, no se animó a ese desprendimiento, no fue generoso, no tuvo confianza, podríamos decir no fue joven de veraz, si realmente era un joven por la edad, porque como decíamos el lunes pasado es joven el que arriesga. Y dice el Evangelio que se retiró triste porque a pesar de todo intuía que se quedaba sin algo importante.

 

 

 Por eso me parece a mí que lo bueno es dejar que este Evangelio resuene en nuestro corazón; se dirige a todos, a los que son jóvenes y a los que no lo son tanto, cada uno de nosotros tiene que ver qué es lo que nos pide el Señor, y aceptar el desafío de la confianza, arriesgar y ser generosos, sin volver la vista atrás, como dice también la canción. Esto se lo podemos pedir al Señor como una gracia, tener una gran confianza y ser generosos de veraz.

 

 

Con mi saludo cordial y mi bendición para todos.

 

 

 

 

 

 

Oleada Joven