Evangelio según San Mateo 20,1-16

martes, 21 de agosto de
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Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña.
Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña. Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: '¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'. Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'. Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros'. Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada'. El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?'. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos".

 

Palabra de Dios
 

 




Reflexión:  P. Gustavo Gatto

 

En el Evangelio de hoy Jesús nos cuenta una parábola de un propetario que sale a buscar trabajadores para su viña. Sale bien temprano, al mediodía y al caer la tarde. Y a todos les hace esta invitación: "Vengan ustedes a trabajar a mi viña".

Sin duda en este Evangelio se nos remarca la gratuidad de Dios que a todos los trabajadores – tanto los de las primeras horas como los de la última – les da la misma paga.

 

Nos vamos a quedar con esta invitación de Jesús: "Vengan ustedes a trabajar a mi viña". Es una palabra que se dirige a ustedes los jóvenes. La Iglesia necesita que los jóvenes tomen el protagonismo de la misión…jóvenes protagonistas de la Iglesia, entusiastas, jóvenes que arriesguen sus vidas por Jesús y los valores del Evangelio.

 

Nadie se puede quedar afuera de este trabajo en la viña del Señor, todos tenemos algo para aportar, un don, una virtud, todos tenemos esta llamada del Señor , por eso esta invitación.

Vení a trabajar a la viña del Señor que la paga es una vida abundante, una plena felicidad, la paga es un vida que no se termina.

Que tengas una buena semana.

 

 

 

Oleada Joven